jueves, 28 de abril de 2016

EMILIO SOLANET

Entre la UCR y sus Caballos Criollos

                Emilio Solanet nació en Ayacucho el 28 de abril de 1887, hijo de don Felipe Solanet quien había llegado a la Argentina en 1870 proveniente de Massegros, Lozeres, una región del sur de Francia, y doña Emilia Gassibayle. Emilio, se casó con María Emma Etchegoyen y de esa unión nacieron sus hijos María Angélica, Emma Gloria, María Emilia y Oscar Emilio.

                Inició sus estudios universitarios en el año 1904, en el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria, se graduó de médico veterinario en 1908 con medalla de oro. En 1910, presentó la tesis con la cual obtuvo el Doctorado. Siendo aún estudiante, en 1906 fue designado por concurso ayudante de Zootecnia y desde entonces alcanzó y mereció todas las jerarquías universitarias. Consejero de la Facultad de Agronomía y Veterinaria en 1918, desempeñó ese cargo ocho años, siendo elegido nuevamente en 1944. Fue integrante del Consejo Superior Universitario, en representación de esa casa de estudios desde 1925 a 1927 y de 1929 a 1931.

                Sus primeros pasos se orientaron hacia la parasitología, especialidad a la que aportó estudios sobre nuevos parásitos detectados en el país, trabajos que culminaron con la recordada y premiada tesis. Sin embargo, sus preferencias se volcaban hacia la zootecnia. De esta materia fue Profesor Adjunto desde 1923 a 1961. Tuvo también a su cargo el curso de Hipotecnia entre 1941 y 1945. Al año siguiente fue nombrado Profesor Extraordinario en la Cátedra de Zootecnia, que dictó hasta ser jubilado en 1950 y reincorporado al cuerpo docente en 1954.

                Desde el punto de vista profesional, cabe destacar que fue designado en 1945 Miembro de Número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, bajo la presidencia del Dr. Joaquín S. de Anchorena, ocupando la banca del Dr. José María Quevedo. Además, fue miembro fundador de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos de la Argentina.

                Entre sus trabajos académicos más importantes, podemos destacar las obras: Pelajes criollos (1968), Capas del yeguarizo criollo e Hipotecnia.

                Posteriormente en 1976 mientras presidía la Academia el Dr. Antonio Pires, Emilio Solanet recibió el título de Académico Emérito, distinción sólo otorgada a aquellos miembros de destacada actuación académica.

                Recuperó y perfeccionó la raza criolla de caballos. Se dedicó a rescatar los valores del caballo criollo y luchar para que no desapareciera como raza, tras cuatrocientos años de selección natural. Convencido de que el equino criollo primitivo se había adaptado a las condiciones más severas del medio en las planicies patagónicas, tomó la iniciativa de buscar en las manadas de los indios sureños yeguas rústicas y del tipo fijado en su mente, teniendo en cuenta las que habían sobrevivido soportando las más adversas condiciones climáticas. Con los machos siguió el mismo criterio: seleccionó los más fuertes y rústicos y del tamaño por él establecido, este trabajo lo realizó en manadas de indios tehuelches y formó así, sobre esas bases, en su establecimiento, El Cardal, 6.000 hectáreas de campo en Ayacucho, los anhelados reproductores hasta que en 1922 logró que la Sociedad Rural Argentina aprobara el standard de la raza criolla por él concebido. Esto lo convirtió en pionero en el ordenamiento y mejoramiento genético de los caballos criollos.

                Cabe destacar, que la raza original es la criolla, es el caballo que trajeron los españoles hacia distintos puntos de América. Gracias a su dedicación y capacidad para desarrollar este tipo de equino, hoy en día es la raza que tiene en el país mayor cantidad de animales registrados. El pelaje que predomina en el caballo criollo es el gateado, pero posee una variedad de pelajes que ninguna raza la tiene, como el alazán, el picazo, el overo, etc. Hoy es la raza más importante no solamente en Argentina sino también en el Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile.

Solanet con gato y Tschiffely con mancha
                Este esfuerzo y trabajo le valió la oportunidad de demostrar al mundo las capacidades de la raza y de los caballos que él había producido a través de Aimé F. Tschifelly, un suizo, profesor de idiomas del St. Georges College de Quilmes, que por intermedio del Dr. Octavio Peró, le escribió a Solanet el 22 de noviembre de 1924. Le comunicó que tenía el propósito de hacer un viaje a caballo desde Buenos Aires a los Estados Unidos. Con ello quería demostrar las bondades del caballo criollo, su rusticidad y la adaptación a diferentes ambientes. Solanet estudió el pedido y resolvió atenderlo, proporcionándole al decidido jinete dos caballos de su cría, "Gato" y "Mancha". La hazaña de estos caballos generó una travesía sin precedentes hasta estos días. Tuvieron su punto de partida en Buenos Aires y fueron recibidos en New York, en el memorable raid de más de 15.000 kilómetros que, tras dos años y medio, finalizó en Washington el 29 de agosto de 1928.

                Entre las tantas actividades que desarrollaba Emilio Solanet, también se dedicaba a comprar hacienda que venía del sur del río Colorado, y siempre ponía atención en los caballos de quienes se dedicaban a arrear esas reses.

                En el ámbito político, podemos decir que toda su inteligencia y capacidad como profesional, también lo aplicó decididamente en la política dejando incansables muestras de su gran idoneidad, su ética, y su moral puesta al servicio de la sociedad y el pueblo que lo rodeaba. Se inició en 1912 como miembro del Comité de la Unión Cívica Radical de Ayacucho, del cual fue presidente durante 31 años. En 1942 formó con Luis Cantilo, Eduardo Laurencena, José María Martínez y Delfor del Valle, la Junta Reorganizadora de la U.C.R. de la provincia de Buenos Aires. Fue vicepresidente del Comité Provincial de 1942 a 1945 y a partir de ese año miembro del Comité Nacional. Como diputado provincial primero y diputado nacional después, presentó numerosos proyectos de ley -luego sancionados- vinculados al quehacer agropecuario, a la enseñanza rural, a la asistencia hospitalaria y en apoyo de entidades profesionales, entre ellas la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Como Diputado Nacional, lo fue durante el período 1946-1948 en representación de la Unión Cívica Radical, integrando el recordado "Bloque de los 44", junto a parlamentarios de la talla de Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane, Emilio Ragviniani, Nerio Rojas, Luis Mac Kay, Silvano Santander, Antonio Sobral, y Horacio Pueyrredón, entre otros.

                Emilio Solanet fue un hombre tenaz, inteligente, honesto y capaz, luchador incanzable de las convicciones que lo alentaban a involucrarse con su entorno, con una conducta intachable, abrazando desde joven los más sinceros postulados ideológicos de la Unión Cívica Radical. Formador de alumnos, se distinguió como profesor universitario, productor agropecuario, dirigente político y experto legislador. Falleció en Ayacucho, su ciudad, a los 92 años, el 7 de julio de 1979.

 

Pablo Eduardo Vázquez