Algunas de sus características salientes lo mencionan como un Hombre siempre austero de conducta intachable, de valores inalterables, radicado en Villa María, comenzó su militancia y carrera política en la Unión Cívica Radical después de recibido de Médico en la Universidad de Córdoba allí por el año 1919, influenciado directamente por la Reforma Universitaria del 18’ iniciada en la mencionada Universidad y apuntalada por el Gobierno Radical de Hipólito Yrigoyen.
Fue Ministro del segundo Gobierno de Yrigoyen hasta su derrocamiento el 6 de Septiembre de 1930. Luego participaría en algunas revueltas armadas provenientes del propio Radicalismo Yrigoyenista al que él adscribía fervientemente.
A partir del derrocamiento de Hipólito Yrigoyen se mantendría con una fuerte militancia desde la clandestinidad producto de la proscripción del Radicalismo y ante la postura abstencionista de nuestro Partido que no legitimaba el poder de turno compuesto por una oligarquía militar y Económica, que llegó al poder tras el derrocamiento de Yrigoyen para terminar con las conquistas sociales y populares que había logrado el mencionado gobierno radical, instaurando una época de fraude, asociaciones ilegitimas, endeudamiento y entrega del patrimonio Nacional conocida como Década Infame.
Hombre de conceptos lúcidos y dotado de una moral y ética innegable, a través de su pensamiento de tendencia popular y nacional, fue partidario de la redistribución de la propiedad agraria frente a los terratenientes y de la enseñanza laica frente al clero, creía en un Estado fuerte y en una ética rigurosa en el ejercicio de la función pública, era un demócrata ferviente defensor de la patria y la emancipación Nacional, para él su causa era libertad, justicia, paz en un orden jurídico, y sobre todo la honradez. Fue un republicano en todo sentido y sostenía: “Los hombres de pensamiento y las masas trabajadoras, son los que van a mantener la vigencia del régimen democrático”.
En materia Internacional defendió siempre el no intervencionismo y la posición de no alineado, promulgaba la paz por sobre la guerra, defendía la libertad y la justicia por sobre los totalitarismos y los imperialismos de la época y se lo escuchó decir: "...Guerra a las guerras, que son siempre imperialistas... Para ellas, ni una gota de sangre argentina, ni para el totalitarismo ruso, ni para la plutocracia yanqui... Nada de contaminaciones ni de contubernios..."
Alineado al Yrigoyenismo más puro se fue transformando en un dirigente de peso y reconocimiento tanto dentro como fuera de la Unión Cívica Radical.
Luego de que la Unión Cívica Radical levantara el abstencionismo electoral, Amadeo Sabattini se presentaría como candidato a Gobernador de Córdoba en 1936 donde en una elección teñida por la violencia se impondría y de esta forma se convertiría en Gobernador de la Provincia hasta el año 1940. Durante su gobierno lo hizo en un clima democrático, respetando las diferencias y las libertades y promovió importantes reformas de carácter progresista. Entre su obra de gobierno podemos destacar el énfasis puesto en potenciar una política industrial para la Provincia dejando obras como las fabricas militares de san Francisco, Río Tercero y Villa María y las Centrales Hidroeléctricas de San Roque, Cruz del Eje, Río Tercero y La Viña, obras que darían el puntapié inicial a una profunda vida industrial de la provincia de Córdoba en los años sucesivos.
Diferenciado abiertamente de la conducción partidaria por parte del Antipersonalismo liderado por Marcelo T. de Alvear se opuso a la Alianza antiperonista promulgando como lo hizo siempre la construcción popular y nacional con gran sentido social así es que se alineo a mediados de la década del 40’ con el Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR) allí conformó una corriente autónoma conocida como “Línea Córdoba” que mantenía algunas distancias con el MIR.
El MIR tomó fundamentación ideológica en recuperar el camino Yrigoyenista para la Unión Cívica Radical, se lo puede titular como un Movimiento que sentó las bases de un nacionalismo Yrigoyenista. En 1945 y con la Declaración de Avellaneda le dieron vida a un Programa de contenido de centro – izquierda que sería revolucionario, progresista y avanzado para la época, más tarde esta declaración se convertiría en base ideológica de la U.C.R.
Sabattini, ya entrados los años 50’, siempre contrario a la política Unionista de la conducción radical de la época y desechando los ofrecimientos del Peronismo de pasar a sus filas mantuvo durante aquellos años una política intransigente y abstencionista, así fue como se enfrentó hacia dentro de la U.C.R. contra la mayoría que propulsaba los lineamientos desarrollistas de Arturo Frondizi.
Luego del derrocamiento de Perón en 1955 y ante la fractura partidaria de la U.C.R., formaría en 1956 la Unión Cívica Radical del Pueblo junto a los sectores del Balbinismo.
Fallecería un 29 de febrero de 1960 en su casa de Villa María en un clima de total austeridad como fue toda su vida. Durante toda su vida defendió lo que pensaba y vivió como pensaba: "conducta...La vida de un radical en definitiva es eso: conducta..."
Hombres como Sabattini son los que nos siguen marcando el camino de la transformación Nacional, de la política de la moral y la ética, en seguir luchando por un Radicalismo unido de carácter Nacional y Popular como supieron fundar aquellos como Alem e Yrigoyen y sostener y profundizar hombres como Pueyrredón, Oyhanarte, Larralde, Lebensohn, Sabattini, Illia y Alfonsin
Pablo Eduardo Vázquez
29 de mayo de 2011
Gracias por la publicacion !!!....sofia
ResponderEliminarhola como esta yo no publique eso pero quiero conocerla a usted
Eliminarhola mi nombre es Yesica me gustan las historias, tengo 13 años y voy a la I.P.A
ResponderEliminar