lunes, 7 de marzo de 2016

JOSE SORTHEIX

Un estadista y un intelectual al servicio del pueblo
 
                José Tomás Graciano Sortheix, nació el 7 de Marzo de 1873 en Monteros, Tucumán. En el archivo parroquial de la Iglesia de Monteros, su par­tida de Bautismo, establece que fue bautizado el 17 de marzo de 1873 y que fueron sus padrinos don Juan Duhart y Doña Josefa López el primero francés y la segunda argentina. Sus Padres eran Don Pierre Graciano Sortheix y Doña María Mignaberry, ambos franceses.
                José, creció en Monteros donde su padre desempeñaba ta­reas docentes, tenía apenas siete años cuando su padre falleció. Su madre, más tarde, contrajo nuevas nupcias con quien era su padrino, Juan Duhart. Este matrimonio engendró cuatro hijos quienes fueron Hortensia, Juan, Oscar, y María Luisa.

                Su familia se dedicaba a las actividades rurales en ese departamento del interior tucumano, enviaron a sus hijos a estudiar a San Miguel de Tucumán, allí, José Sortheix terminó sus estudios secundarios, desde allí, se trasladó a París, Francia, en 1893, para estudiar la carrera de ingeniería en la afamada Escuela Central de París, en la cual obtuvo su título de ingeniero en 1898, figurando entre los diez primeros de su promoción.

                Retornó al país en 1904 y revalidó su diploma gra­duándose de ingeniero civil en la Universidad de Buenos Aires, volviendo luego a su provincia natal y en 1915 ingresa como docente en la nueva Universidad de Tucumán, en la cual pasa a dictar Algebra Superior, Geometría Analítica y Análisis Infinitesimal. “En el aula era a la vez un científico y un maestro, virtudes que le permitían sintetizar en formulas sencillas, los más complicados problemas de la ciencia, de manera de hacerlos fácilmente comprensibles a sus alumnos. Fruto de su trabajo de investigador, fue su Tratado de Cálculo Infinitesimal, que por la claridad expresiva y el método didác­tico, constituyó un poderoso auxiliar de los estudiantes”, palabras que se desprenden de testigos presenciales de su accionar y que conocieron perfectamente sus dotes docentes, según los rescato el diario La gaceta. Su justa fama de hombre de ciencia trascendió nuestras fronteras, por sus renovadas publicaciones y conferencias.

Generación del Centenario
                Fue parte de  la denominada "Generación del centenario", coincidiendo con personalidades como Juan B. Terán, Alberto Rougés, Juan Heller, Julio López Mañan, José Ignacio Aráoz y Miguel Lillo entre otros.

                Su labor docente dentro y fuera de la Universidad fue muy amplia. Desempeñó el cargo de profesor de la Escuela Superior de Comercio. En 1915, fue designado profesor de la naciente Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tucumán, presidida por Terán. En 1921 fue miembro del Consejo Superior de la Universidad y en 1922 nombrado Decano de la Facultad de Ingeniería, luego sería elegido Decano de la Facultad de Ciencias Exactas Puras y Aplicadas, miembro del Consejo Superior en varias oportunidades, Jefe del Departamento de Estudios Económicos, Director del Instituto de Física y Matemáticas, Presidente de la Comisión Asesora de la Fundación Miguel Lillo y miembro vitalicio de la misma, En 1938 fue reincorporado como docente de la Universidad Nacional de Tucumán, siendo electo rector de la misma en julio de 1942, tras la renuncia de Adolfo Piossek.

                Desde muy joven se había identificado con los postulados de la Unión Cívica Radical, como eran, la defensa irrestricta de la libertad, la igualdad, la educación, la defensa de los recursos naturales, el progreso a través de la dinámica social, y la ética y la moral puesta al servicio de la cosa pública y por el bien común. Llegó a ser uno de sus dirigentes más notorios durante la década de 1920. Militó desde su juventud en la Unión Cívica Radical tucumana, fuerza que llegó al poder provincial en 1916 con Juan Bautista Bascary, de quien Sortheix fue ministro de Hacienda. Fue también senador por Río Chico, contador general de la Provincia y presidente de la Caja Popular de Ahorros de la Provincia. Siempre se identificó como un gran seguidor de Hipólito Yrigoyen.

                Fue allí donde Sortheix, hombre dotado de amplia visión de estadista, puso su saber y experiencia al servicio del desarrollo económico de su provincia, empeño que continuaría luego como gobernador.

                Con el apoyo y el aval de la Caja Popular de Ahorros, logró la creación del Ingenio Marapa, primer establecimiento fabril propiedad de los productores cañeros. Luego, con similar procedimiento apoyó el empeño de un grupo de cañeros de Monteros, para concretar el Ingenio Ñuñorco.

José Sortheix junto a Miguel Campero
                Luego de los mandatos de los gobernadores radicales, Juan Bautista Bascary y Octaviano Vera, el radicalismo había logrado afianzarse en Tucumán, con el tercer gobernador radical consecutivo, Miguel Mario Campero (1924-1928), este, lograría consolidar al radicalismo yrigoyenista y dejar prácticamente terminada la división del radicalismo entre "antipersonalistas" y "personalistas".

                Sortheix, fue un dirigente que no se había involucrado fervientemente en las disputas partidarias pero tenía una clara convicción y se había alineado desde un comienzo con el yrigoyenismo. Su figura fue elegida para encabezar la fórmula a gobernador por el radicalismo personalista en las elecciones de 1928. El 15 de enero de 1928, en las elecciones de la provincia de Tucumán triunfa ampliamente el radicalismo con el yirigoyenista José Sortheix como candidato a Gobernador, se impuso a los antipersonalistas quienes habían llevado como candidato a Pedro G. Sal, a los conservadores con la fórmula presidida por José Padilla, y al Partido Agrario de José Ignacio Aráoz. Campero le hizo entrega del gobierno el 15 de mayo de 1928. Pese a una cerrada oposición hizo un gobierno nítidamente progresista. Algunas de sus iniciativas, como la Ley de Vialidad, serían luego imitadas por la Nación.

                La crisis mundial de 1929 no fue ajena a nuestro país como tampoco a la Provincia de Tucumán y produjo una fuerte crisis económica que impactó en la producción azucarera, principal fuente de recursos del estado, generando un estado de conmoción política y social. Los conservadores tucumanos se habían enrolado y “disfrazado” detrás de un novedoso partido local llamado "Defensa Provincial-Bandera Blanca", liderado por Juan Luis Nougués, quien había sido electo intendente de San Miguel de Tucumán, llevando a cabo acciones proselitistas que ponían en jaque el dominio territorial de los caudillos radicales. José Graciano Sortheix desde la gobernación tuvo fuertes enfrentamientos con Nougués, llegando a intervenir la Municipalidad de San Miguel de Tucumán en 1930, circunstancia que provocó mayor oposición hacia su gobierno y hacia el radicalismo. También, por ley dispuso la prohibición de los juegos de azar en todo el territorio provincial, lo que le valió una cerrada oposición de la prensa y la opinión pública.

                La dificultad principal del gobierno de Sortheix fue el endeudamiento interno y externo del estado provincial. La deuda flotante y consolidada de la provincia ascendía hasta abril de 1922 a $ 21.233.425, en 1927 ascendía a $ 49.245.000, y dos años después a más de 73 millones de pesos. Las condiciones de inferioridad productiva de la agroindustria azucarera tucumana, agravada durante las gobernaciones radicales antecesoras respecto de países como Cuba, Java, Brasil, y de otras regiones azucareras del país como Salta y Jujuy mermaron las arcas provinciales, y expulsaron a miles de pequeños productores del campo, generando un clima de constante conflicto social, El 6 de setiembre de 1930, José Félix Uriburu fue el líder del nefasto e inescrupuloso golpe de estado que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen y que daría comienzo a la bién llamada “década infame”, acontecimiento que en Tucumán implicó la intervención militar de la provincia y la clausura de la legislatura, la intervención del poder judicial y el desplazamiento de Sortheix. Éste tuvo que huir de la provincia durante tres años, tras lo cual se retiró de toda actividad pública relacionada con la política activa.

                Cerrado su período, por el golpe militar del 6 de Setiembre de 1930, el ingeniero Sortheix puso distancia entre su persona y la actividad pública, retornando a la silenciosa labor científica, otro de sus amores.

                Fue un hombre que donó a toda su sociedad, su inteligencia, su preparación, sus dotes innegables de gran estadista, sus desvelos de recio político, y su prudencia de hombre docto al servicio de la educación como docente y Rector, y de la provincia de Tucumán como gobernador.

                Al final de su vida, su destacada trayectoria movió a la Universidad Nacional de Tucumán, a reconocer pú­blicamente sus virtudes, otorgándole el título de Doctor “Honoris Causa” en sesión extraordinaria de fecha 15 de Julio de 1954. Pero el 30 de ese mismo mes, día fijado para el homenaje, era también el día que Sortheix sería sorprendido por la muerte. El 30 de Julio de 1954, luego de 81 años de fructífera vida, José Graciano Tomás Sortheix fallecía en San Miguel de Tucumán.

 

Pablo Eduardo Vázquez

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