José Tomás Graciano Sortheix,
nació el 7 de Marzo de 1873 en Monteros, Tucumán. En el archivo parroquial de
la Iglesia de Monteros, su partida de Bautismo, establece que fue bautizado el
17 de marzo de 1873 y que fueron sus padrinos don Juan Duhart y Doña Josefa
López el primero francés y la segunda argentina. Sus Padres eran Don Pierre
Graciano Sortheix y Doña María Mignaberry, ambos franceses.
José, creció en Monteros donde
su padre desempeñaba tareas docentes, tenía apenas siete años cuando su padre
falleció. Su madre, más tarde, contrajo nuevas nupcias con quien era su
padrino, Juan Duhart. Este matrimonio engendró cuatro hijos quienes fueron Hortensia, Juan, Oscar, y
María Luisa.
Su
familia se dedicaba a las actividades rurales en ese departamento del interior
tucumano, enviaron a sus hijos a estudiar a San Miguel de Tucumán, allí, José
Sortheix terminó sus estudios secundarios, desde allí, se trasladó a París,
Francia, en 1893, para estudiar la carrera de ingeniería en la afamada Escuela Central de París, en la cual
obtuvo su título de ingeniero en 1898, figurando entre los diez primeros de su
promoción.
Retornó al país en 1904 y
revalidó su diploma graduándose de ingeniero civil en la Universidad de Buenos
Aires, volviendo luego a su provincia natal y en 1915 ingresa como docente en
la nueva Universidad de Tucumán, en la cual pasa a dictar Algebra Superior,
Geometría Analítica y Análisis Infinitesimal. “En el aula era a la vez un científico
y un maestro, virtudes que le permitían sintetizar en formulas sencillas, los
más complicados problemas de la ciencia, de manera de hacerlos fácilmente
comprensibles a sus alumnos. Fruto de su trabajo de investigador, fue su
Tratado de Cálculo Infinitesimal, que por la claridad expresiva y el método
didáctico, constituyó un poderoso auxiliar de los estudiantes”, palabras que
se desprenden de testigos presenciales de su accionar y que conocieron
perfectamente sus dotes docentes, según los rescato el diario La gaceta. Su justa fama de hombre de
ciencia trascendió nuestras fronteras, por sus renovadas publicaciones y
conferencias.
Generación del Centenario |
Fue
parte de la denominada "Generación
del centenario", coincidiendo con personalidades como Juan B. Terán,
Alberto Rougés, Juan Heller, Julio López Mañan, José Ignacio Aráoz y Miguel
Lillo entre otros.
Su labor docente dentro y fuera
de la Universidad fue muy amplia. Desempeñó el cargo de profesor de la
Escuela Superior de Comercio. En 1915, fue designado profesor de la
naciente Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tucumán, presidida por
Terán. En 1921 fue
miembro del Consejo Superior de la Universidad y en 1922 nombrado Decano de la
Facultad de Ingeniería, luego sería elegido
Decano de la Facultad de Ciencias Exactas Puras y Aplicadas, miembro del
Consejo Superior en varias oportunidades, Jefe del Departamento de Estudios
Económicos, Director del Instituto de Física y Matemáticas, Presidente de la
Comisión Asesora de la Fundación Miguel Lillo y miembro vitalicio de la misma, En
1938 fue reincorporado como docente de la Universidad Nacional de Tucumán,
siendo electo rector de la misma en julio de 1942, tras la renuncia de Adolfo
Piossek.
Desde muy joven se había
identificado con los postulados de la Unión Cívica Radical, como eran, la
defensa irrestricta de la libertad, la igualdad, la educación, la defensa de
los recursos naturales, el progreso a través de la dinámica social, y la ética
y la moral puesta al servicio de la cosa pública y por el bien común. Llegó a ser
uno de sus dirigentes más notorios durante la década de 1920. Militó desde su juventud en la Unión Cívica Radical
tucumana, fuerza que llegó al poder provincial en 1916 con Juan Bautista
Bascary, de quien Sortheix fue ministro de Hacienda. Fue también senador por
Río Chico, contador general de la Provincia y presidente de la Caja Popular de
Ahorros de la Provincia. Siempre se identificó como un gran seguidor de
Hipólito Yrigoyen.
Fue allí donde Sortheix, hombre
dotado de amplia visión de estadista, puso su saber y experiencia al servicio
del desarrollo económico de su provincia, empeño que continuaría luego
como gobernador.
Con el apoyo y el aval de la
Caja Popular de Ahorros, logró la creación del Ingenio Marapa, primer
establecimiento fabril propiedad de los productores cañeros. Luego, con similar
procedimiento apoyó el empeño de un grupo de cañeros de Monteros, para
concretar el Ingenio Ñuñorco.
José Sortheix junto a Miguel Campero |
Luego
de los mandatos de los gobernadores radicales, Juan Bautista Bascary y
Octaviano Vera, el radicalismo había logrado afianzarse en Tucumán, con el
tercer gobernador radical consecutivo, Miguel Mario Campero (1924-1928), este,
lograría consolidar al radicalismo yrigoyenista y dejar prácticamente terminada
la división del radicalismo entre "antipersonalistas" y
"personalistas".
Sortheix,
fue un dirigente que no se había involucrado fervientemente en las disputas
partidarias pero tenía una clara convicción y se había alineado desde un
comienzo con el yrigoyenismo. Su figura fue elegida para encabezar la fórmula a
gobernador por el radicalismo personalista en las elecciones de 1928. El 15 de
enero de 1928, en las elecciones de la provincia de Tucumán triunfa ampliamente
el radicalismo con el yirigoyenista José Sortheix como candidato a Gobernador,
se impuso a los antipersonalistas quienes habían llevado como candidato a Pedro
G. Sal, a los conservadores con la fórmula presidida por José Padilla, y al
Partido Agrario de José Ignacio Aráoz. Campero le hizo entrega del gobierno el
15 de mayo de 1928. Pese a una cerrada
oposición hizo un gobierno nítidamente progresista. Algunas de sus iniciativas,
como la Ley de Vialidad, serían luego imitadas por la Nación.
La
crisis mundial de 1929 no fue ajena a nuestro país como tampoco a la Provincia
de Tucumán y produjo una fuerte crisis económica que impactó en la producción
azucarera, principal fuente de recursos del estado, generando un estado de
conmoción política y social. Los conservadores tucumanos se habían enrolado y
“disfrazado” detrás de un novedoso partido local llamado "Defensa
Provincial-Bandera Blanca", liderado por Juan Luis Nougués, quien había
sido electo intendente de San Miguel de Tucumán, llevando a cabo acciones
proselitistas que ponían en jaque el dominio territorial de los caudillos
radicales. José Graciano Sortheix desde la gobernación tuvo fuertes
enfrentamientos con Nougués, llegando a intervenir la Municipalidad de San
Miguel de Tucumán en 1930, circunstancia que provocó mayor oposición hacia su
gobierno y hacia el radicalismo. También, por ley dispuso la prohibición de los
juegos de azar en todo el territorio provincial, lo que le valió una cerrada
oposición de la prensa y la opinión pública.
La
dificultad principal del gobierno de Sortheix fue el endeudamiento interno y
externo del estado provincial. La deuda flotante y consolidada de la provincia
ascendía hasta abril de 1922 a $ 21.233.425, en 1927 ascendía a $ 49.245.000, y
dos años después a más de 73 millones de pesos. Las condiciones de inferioridad
productiva de la agroindustria azucarera tucumana, agravada durante las
gobernaciones radicales antecesoras respecto de países como Cuba, Java, Brasil,
y de otras regiones azucareras del país como Salta y Jujuy mermaron las arcas
provinciales, y expulsaron a miles de pequeños productores del campo, generando
un clima de constante conflicto social, El 6 de setiembre de 1930, José Félix
Uriburu fue el líder del nefasto e inescrupuloso golpe de estado que derrocó al
presidente Hipólito Yrigoyen y que daría comienzo a la bién llamada “década
infame”, acontecimiento que en Tucumán implicó la intervención militar de la
provincia y la clausura de la legislatura, la intervención del poder judicial y
el desplazamiento de Sortheix. Éste tuvo que huir de la provincia durante tres
años, tras lo cual se retiró de toda actividad pública relacionada con la
política activa.
Cerrado su período, por el golpe
militar del 6 de Setiembre de 1930, el ingeniero Sortheix puso distancia entre
su persona y la actividad pública, retornando a la silenciosa labor científica,
otro de sus amores.
Fue
un hombre que donó a toda su sociedad, su inteligencia, su preparación, sus
dotes innegables de gran estadista, sus desvelos de recio político, y su
prudencia de hombre docto al servicio de la educación como docente y Rector, y
de la provincia de Tucumán como gobernador.
Al final de su vida, su
destacada trayectoria movió a la Universidad Nacional de Tucumán, a reconocer
públicamente sus virtudes, otorgándole el título de Doctor “Honoris Causa” en
sesión extraordinaria de fecha 15 de Julio de 1954. Pero el 30 de ese mismo
mes, día fijado para el homenaje, era también el día que Sortheix sería
sorprendido por la muerte. El 30 de Julio de 1954, luego de 81 años de
fructífera vida, José Graciano Tomás Sortheix fallecía en San Miguel de Tucumán.
Pablo Eduardo Vázquez
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