Con
respecto a su nacimiento no se sabe con claridad cual fe la fecha real, algunos
fijan como su nacimiento el 3 de febrero de 1858 y otros el 19 de febrero de
ese mismo año, lo cierto es que no se ha podido hallar documentación que avale
alguna de las mencionadas fechas pero si podemos decir que entre el 3 y el 19
de febrero de 1858 se produjo el nacimiento de Gabino Ezeiza.
Gabino
Jacinto Ezeiza, nació en una modesta casa de Chacabuco al 242, en el barrio de
Monserrat, Buenos Aires. Su bautismo se realizó el 6 de abril de 1858 en la
Parroquia de la Concepción. Era hijo de Joaquín Ezeiza y de Joaquina García.
Siendo de raza negra, poseía apellido
europeo, la razón era que su padre había servido a la familia Ezeiza y ésta, lo
habían incorporado a su identidad. Don Joaquín fue dado de alta en el ejército
con el grado de subteniente 2º, en el 2º Batallón del 3º Regimiento, 1ª
División Buenos Aires y destinado a la guerra con el Paraguay. Comenzó su
campaña el 1º de julio de 1865 en Ayuí Chico y finalizó en Tuyutí, donde
falleció el 18 de mayo de 1867. A menos de dos meses de iniciada la guerra,
Joaquín Ezeiza está en el frente con el grado de subteniente 2º, lo que hace
sospechar que no tenía actividad militar anterior. En 1873, y según relato del
propio Gabino, hacía varios años que había quedado huérfano de padre y madre,
ya que ésta murió con anterioridad a la muerte del padre en 1867.
Gabino,
vivió en una casa humilde de la calle Azul 92, hasta el día de
su muerte. En el lugar existe hoy una panadería que lleva su nombre
"Don Gabino" en cuya entrada una placa de bronce nos recuerda su
grandeza.
Vivió
su juventud como la gran mayoría de los hombres de raza negra de la época, concentrados comúnmente en las parroquias de Balvanera, Montserrat,
San Telmo, Catedral y La Concepción, constituían un núcleo importante en la
población de Buenos Aires y a pesar de los años transcurridos desde la
abolición de la esclavitud, muchos hombres y mujeres continuaban sirviendo a
sus antiguos amos. Lo cierto es que desde muy chico, el negrito Gabino se
entreveró en las pulperías de su barrio y de San Telmo. Huérfano desde pequeño
de Padre y madre, en esas pulperías conoció a Pancho Luna, un pardo anciano
quien le enseñó los rudimentos de la guitarra.
De
muy joven, incursionó en la escritura participando en distintas publicaciones
de su comunidad, firmaba con el seudónimo de “Liberato” y hasta fue director
literario del semanario La Juventud. A
partir de su segundo número el periódico comenzó a aparecer los domingos y en
esa edición obsequiaba a sus lectoras un cuento por entrega titulado El Ramo de
Flores, con el subtítulo de Leyendas de Costumbres y firmado por Liberato. El
joven estaba a punto de cumplir dieciocho años y sus pensamientos eran de
ensoñación y romanticismo. Había logrado en parte materializar su confesada
inclinación por las letras, dirigía la sección literaria del periódico en que
colaboraba y era el niño mimado de aquella sociedad. Se presume que Ezeiza se
consagró entero al canto en años posteriores a esta etapa de su vida, bien
pudiera ser desde su alejamiento del periódico a mediados de 1878 o en las
proximidades de 1880. Para mediados de 1879, tenía fijado su domicilio en la
calle Defensa 343, dentro de los límites de la Parroquia de San Telmo y su
oficio declarado era el de jornalero. Su esposa era Petrona Peñaloza, bisnieta
del caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza, “El Chacho”, con quien engendraron
diez hijos.
Su
maestro en la iniciación de la payada, fue el también afroporteño Pancho Luna. A partir de allí, Gabino
Ezeiza adquirió celebridad como payador, consagrándose como el más importante
de la época, fue autor de más de quinientas composiciones, que él mismo
interpretaba. Gabino, el payador que inventó la contienda
e improvisó con milongas, fue precursor de las primeras letras de tango, afirmaba que la milonga (campera) proviene del candombe afro-rioplatense,
el cual se formó a partir de viejos ritmos africanos.
Ezeiza
fue uno de los más famosos payadores, tanto en su tierra como en el Uruguay.
Sus contrapuntos se hicieron famosos y se recuerda el sostenido el 23 de julio
de 1884 en el Teatro Artigas de Montevideo con el cantor oriental Juan de Nava
presenciado por un numeroso auditorio. En tal encuentro Ezeiza improvisó allí
la que sería la popular canción Heroico Paysandú, con la cual derrotó a
Nava. Gabino sería considerado el más antiguo y notable payador del Río de la
Plata. Fue el trovador de la pampa, iba con su guitarra de rancho en rancho y
de pulpería en pulpería, glosando los acontecimientos más notables, recordando
los altos hechos de los hombres ilustres, y llevando a todas partes las
palpitaciones del alma nacional.
Gardel
y Razzano lo conocieron en los comités políticos, como a casi todos los payadores
de aquel tiempo, y ese conocimiento se hizo trato amigo en la rueda del popular
Café de los Angelitos. A su muerte, el dúo cantó en su homenaje Heroico
Paysandú, que años después llevó al disco Gardel.
Recorría
los pueblos del interior con su arte y su guitarra, lo hizo también con un
circo de su propiedad, el llamado Pabellón Argentino que perdió en un incendio
en el año 1893 ocasionado por aquellos enemigos políticos del radicalismo,
aquellos mismos oligarcas que formaban un contubernio nefasto para los destinos
del país.
Hijo
del pueblo y entre el pueblo criado, se identificaba con el paisano, con el
hombre del pueblo. Grabó discos, algunos con acompañamiento de Manuel Campoamor
en piano, célebre compositor del tango "La Cara de la Luna", y
recopiló sus versos en el folleto "Cantos a la Patria".
Poco
recordado como militante político, Gabino fue un hombre de grandes convicciones
cívicas y un gran militante, leal y honesto, primero seguidor de Leandro Alem,
y más tarde demostrando su total fidelidad al gran caudillo, Don Hipólito
Yrigoyen, pero su historia militante y comprometida con las cuestiones de
nuestra sociedad se pueden encontrar una década antes al nacimiento de la Unión
Cívica Radical, registrándose su activa
participación en la revolución del ochenta, en defensa de una causa que
consideraba justa.
Corría
el mes de mayo de 1880, en Buenos Aires, la agitación política que se vivía en
aquellos días era el presagio de la inevitable lucha fratricida que se
desencadenaría poco tiempo después. El enfrentamiento entre el Dr. Carlos
Tejedor, Gobernador de la Provincia y candidato presidencial del Partido
Autonomista y el general Julio A. Roca, ex Ministro de la Guerra y candidato
del Partido Nacionalista, había llegado al máximo de intolerancia; cada uno
exigía la renuncia del otro como prenda de paz, pero la posición intransigente
de ambos hacía imposible cualquier tipo de negociación. La lucha estalló y
finalmente, con la renuncia del Dr. Tejedor, el 30 de junio se concertó la paz
sobre la base de la Ley de Federalización, que tras largos debates se sancionó
el 21 de setiembre. En ella se declaraba capital de la República y asiento del
gobierno nacional al municipio de la ciudad de Buenos Aires. Gabino Ezeiza en
el tiempo de estos sucesos tenía 22 años y según sus biógrafos participó en
forma activa de los mismos. La revista “Lo que canta el pueblo” expresa:
“Concurrió al combate del 21 de junio con el batallón 15 de Febrero, a las
órdenes del comandante Elliot y el entonces mayor Vico, donde se comportó
bizarramente recitando algunas estrofas en el momento de la lucha”.
Ya
en 1890 con el nacimiento de la Unión Cívica, participó de la revolución del
Parque siguiendo y apoyando el liderazgo de Leandro Alem, donde participó en
los enfrentamientos terminando preso.
En
1893 Gabino se independiza de Podestá-Scotti e instala su propio circo. Una de
las primeras actuaciones se produce en el mes de abril en la ciudad de Rosario,
donde ofrecía ejercicios ecuestres y gimnásticos a cargo de la familia Holmer,
dramas criollos y su propia actuación. El picadero se llamaba “Circo Gabino
Ezeiza”.
Meses
después, la revolución radical en Santa Fe, acaecida el 30 de julio, estaba en
plena efervescencia. El jefe político de la misma, el doctor Mariano Candioti,
que asumiera el 3 de agosto la gobernación de la provincia en nombre de la
junta revolucionaria, y tuvo que renunciar el día 24, haciéndose cargo de la
misma el interventor Baldomero Llerena. Si bien en los primeros momentos
parecieran haberse aquietado las aguas, con el correr de los días el clima
político se fue enrareciendo nuevamente y ante el peligroso cariz que tomaban
los acontecimientos el gobierno nacional envió como nuevo interventor al
general Liborio Bernal, quien asumió el 23 de setiembre. A partir de aquí todo
se precipitó y al día siguiente estalló nuevamente la revolución y la lucha
armada fue un hecho en diversos lugares de la ciudad y en otros departamentos
de la provincia. Ezeiza, quien según algunos habría llegado a la capital de la
provincia unos días antes con el santo y seña de la revolución, instaló su
circo en la calle San Jerónimo entre Tucumán y Rioja. Iniciada la Revolución
Radical de 1893, Gabino, con varios componentes de su compañía improvisó un
cantón en esa misma esquina, volcando un tranvía a caballo. Se cuenta que
sofocada la sedición y presos los integrantes de la trouppe circense, éstos en
su mayoría extranjeros, se defendieron diciendo que Ezeiza los había obligado a
pelear contra su voluntad. El día 25 y a medida que las fuerzas gubernamentales
ganaban posiciones, la lucha se hizo más cruenta, viéndose obligados los
revolucionarios a buscar posiciones de resguardo. Gabino, quien se hallaba
luchando al lado de un “batallón suizo”, buscó junto a éstos refugio en la
estación del ex Ferrocarril Provincial, salvando la vida en forma providencial.
En
las primeras horas de la mañana del día 26, la intentona revolucionaria había
sido derrotada. Gabino fue detenido en Rosario el 18 de noviembre, después de
cincuenta y tres días de estar fugitivo. El doctor David Peña, director del
diario oficialista “Nueva Época”, comentaba, días más tarde de ocurridos estos
sucesos, en un artículo que tituló: “Un
payador metido a revolucionario”: Gabino Ezeiza había trocado su guitarra por
el fusil radical. Ya no es un misterio que entre los cachivaches de su circo
vinieron armas para los revolucionarios de Santa Fe y que los anuncios de su
llegada y estreno fueron una contraseña revolucionaria”. Se desconoce en
qué fecha fue puesto en libertad, pero se sospecha que fue producida pocos
meses después.
Siguió
a lo largo de su vida defendiendo los idearios de la Unión Cívica radical al
tiempo que recorría las diferentes pulperías y teatros llevando su guitarra y
sus payadas. Ya en el año 1914, Gabino
estaba dedicado de cuerpo y alma a hacer proselitismo a favor de la Unión
Cívica Radical y para ello no mezquinaba esfuerzos ni sacrificios, ya sea
colaborando con su canto en reuniones partidarias o sirviendo de enlace entre
personajes influyentes de la misma causa.
Tras
su agitada vida de cantor trashumante y como muestra inequívoca de cansancio es
que Gabino centra su actividad en bares y cafés de Buenos Aires. En ese
entonces tenía 56 años, y a pesar de sus múltiples actuaciones, lo que ganaba
sólo alcanzaba para lo más indispensable y si bien no padecía un estado de
indigencia total, la pobreza que lo cercaba le mostraba el duro rostro de la
realidad. La calidad de vida que en otra época disfrutó, había cesado.
Falleció
de endocarditis a las 16.25 horas en el
barrio de Flores el 12 de octubre de 1916 a los 58 años, día que asumió la presidencia de la Nación Hipólito
Yrigoyen, su fallecimiento se dio el mismo día en que su amado partido, la
Unión Cívica Radical llegaba al poder después de más de 25 años de lucha,
revoluciones y profesión de un ideario que cambiaría para siempre los destinos
de la Argentina. Músico y payador argentino, murió pobre, en su vieja
casa de Floresta. Como herencia dejaría el recuerdo de
haber sido el más importante payador, reconocido por grandes como Carlos Gardel
y en su rol cívico toda una vida de fidelidad y conducta defendiendo y
promulgando los principios ideológicos de la Unión Cívica Radical.
Pablo Eduardo Vázquez
En realidad a la derecha de la foto están Juana Paredes de Quinteros, y a su derecha su hijo Salvador Quinteros, mi tatarabuela y bisabuelo respectivamente y la foto es del 9 de Julio de 1916.
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