miércoles, 8 de marzo de 2017

Emilio Ravignani


                Emilio Juan Francisco Ravignani nació en Buenos Aires el 15 de enero de 1886. Realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires graduándose en 1909. Se sumó a las filas de la Unión Cívica Radical, precisamente al ingresar a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, iniciando allí su extensa vida militante dentro del Partido que simbolizaba para él, los valores más puros de democracia, libertad, y respeto a la constitución y las instituciones republicanas. Una vez recibido, en ese mismo año, 1909, comenzó a ejercer la docencia en el Instituto Superior de Profesorado Secundario, encargándose de la asignatura de Historia de América, además, comenzó a colaborar en la revista “Nosotros”.

                Posteriormente, fue profesor de Historia Constitucional Argentina en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de la Plata y luego pasó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde volvió a retomar la asignatura de Historia de América. Su carrera se desarrolló principalmente en esta institución, de la que llegó a ser decano y donde fundaría el Instituto de Investigaciones Históricas. Publicó el Boletín del Instituto, una de las contribuciones más notables a la historiografía y metodología modernas y que sigue editándose en la actualidad. Ravignani era doctor en Derecho y doctor en Filosofía y Letras. En su actividad privada, paralelamente, dio inicio a una larga tradición de abogados en su familia, fundó en 1921, el estudio Jurídico “Ravignani”, que hoy en día, continúa con sus labores.

                Como historiador, Emilio Ravignani, junto con Rómulo Carbía, Luis María Torres y Ricardo Levene, entre otros, formaron la Nueva Escuela Histórica, que comenzó a hacer historia de manera rigurosa y con método científico. En 1920, en pleno proceso de la Reforma Universitaria fue nombrado Director de la Sección de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, bajo el decanato reformista de Alejandro Korn. Allí fundó el Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, que dirigió hasta 1946 y que luego de su muerte llevó su nombre. En la década del 20, Ravignani fue elegido decano en dos ocasiones. También fue uno de los fundadores de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires en 1935.

                Como historiador, desarrolló una obra fundamental para la historia política y jurídica. Su libro Historia Constitucional de la República Argentina de 1927, marcó un hito, y su obra culminante Asambleas Constituyentes Argentinas (1937-1940), en siete tomos, es una obra de gran importancia histórica aún hoy en día. En su obra, focalizó su mirada e investigación en los caudillos y fundamentalmente en Juan Manuel de Rosas, con un enfoque distinto al que se tenía de «barbarie», Ravignani proponía una «conciliación de Rosas y Sarmiento, intentaba lograr la síntesis entre federales y unitarios».

                En el ámbito político, Ravignani se identificó con el
antipersonalismo, siempre con una postura más conservadora dentro de las filas de la U.C.R. de la que proponía el Yrigoyenismo, nunca propuso rupturas, todo lo contrario, fue un hombre de partido que siempre acató y llevó adelante los decisiones que la U.C.R. manifestaba, al punto que fue él mismo quien siendo Diputado más tarde, elaboró un Proyecto de Ley para cambiarle el nombre a las Islas Malvinas por el Nombre de Hipólito Yrigoyen, nunca dejó de levantar las banderas que dieron nacimiento al Partido, siempre fue un defensor a ultranza de la Constitución, las libertades y la República. Siguió el liderazgo en la UCR de Marcelo T. de Alvear. Durante la presidencia de este último, el intendente de Buenos Aires Carlos M. Noel, lo nombró Secretario de Hacienda de la Municipalidad, cargo que desempeñó desde 1922 hasta 1927, allí, demostró su capacidad tanto de hombre de gobierno, como de administrador honesto.

                En el plano partidario Ravignani ocupó muchos cargos, hasta la presidencia del Comité de la Capital de la U.C.R. y el de la seccional 17ª, fue miembro del Comité Nacional, de la Convención Nacional, presidente del Núcleo Unidad, y participó de las reuniones académicas de las sesiones de las comisiones de la Cámara de Diputados.

                Fue uno de los más excepcionales militantes y dirigentes de la Unión Cívica Radical, un extraordinario legislador, un gran intelectual y académico de prestigio internacional que no se encerró atrás de las paredes de una oficina, ni dentro de las páginas de los libros, sino que a sus dotes de académico, también hay que reconocerle grandes virtudes en el plano popular, fue un luchador que nunca abandonó la calle, valiente y audaz, fue un intelectual combativo con grandes virtudes de orador que durante toda su trayectoria política siempre puso por delante los intereses del Partido y de la Nación por sobre los suyos, en tiempos que eran muy difíciles para la democracia y las libertades. Siempre fue un hombre sencillo, jamás un intelectual acartonado, un trabajador de la cultura. Mantenía un gran fervor cívico digno de un gran dirigente de la Unión Cívica Radical, el gran partido que luchaba por reconquistar para el pueblo los derechos asignados en la Constitución Nacional de 1853, perpetrados en esos tiempos por dictaduras infames y populismos fascistas. En la tribuna supo observar y entender el sentir de las masas, en el debate parlamentario se desempeñó con altura y firmeza retomando la defensa de los ideales democráticos.

                Tras el ataque a la Republica consumado por Uriburu y aquellos nefastos e infames generales que golpearon duramente la democracia popular, Ravignani, poseído de una enorme indignación como demócrata, intensificó aún más su militancia radical, lo que le valió llegar en 1936 a la Cámara de Diputados de la Nación, donde sobresalió como legislador trabajador y combativo. Colaboró, a partir de la dictadura infame, con energía en la reorganización nacional de la UCR, en esos tiempos fatales del fraude y la persecuciones continuas a dirigentes radicales, eran tiempos  de una  militancia audaz, valiente y peligrosa a la que Ravignani no le escapó, todo lo contrario, fue uno de los grandes baluartes de aquel radicalismo.

                Durante la década infame (1930-1943), desde que la UCR decidió abandonar el abstencionismo en 1935, resultó elegido diputado nacional en dos periodos consecutivos: 1936-1940 y 1940-1943, este último interrumpido debido al golpe de estado del 4 de junio de 1943.

                También comprendiendo la gravedad de lo que sucedía en Europa, ante el avance del totalitarismo nazi, se metió de lleno a organizar la solidaridad con la II República Española, discrepando con la postura de FORJA, de mirar para otro ladoEn ese mismo período integró la Junta Ejecutiva Central de Acción Argentina, una organización destinada a oponerse al nazismo y presionar al gobierno argentino a declarar la guerra al Eje, junto a Federico Pinedo, Victoria Ocampo, Nicolás Repetto y Julio A. Noble.

                A finales de la década del 30 fue uno de los primeros radicales en comenzar las tratativas con los partidos Socialista y Demócrata Progresista para formar una unión electoral, estrategia que dio origen al sector interno «unionista», sector conservador que dirigió el partido hasta 1946. En esos años participó en la búsqueda de coincidencias con otras fuerzas democráticas para terminar con la vergüenza del fraude y la corrupción conservadora, siendo uno de los principales dirigentes, del sector unionista de la UCR.

                En 1946 resultó elegido nuevamente diputado nacional para el período 1946-1948. Integró entonces el famoso Bloque de los 44, conducido por Ricardo Balbín y Arturo Frondizi del que destacaban también: Raúl Uranga, Silvano Santander, Luis Dellepiane, Nerio Rojas, Ernesto Sammartino Gabriel Del Mazo, Félix J. Liceaga, Oscar López Serrot, Luis Mac Kay, Gregorio Pomar, Honorio Pueyrredón y Antonio Sobral. Este bloque, formó la oposición durante las dos primeras presidencias de Juan D. Perón (1945-1955) y la dirección virtual del partido. Cabe destacar, la acción, el pensamiento, la coherencia y el apego a los principios del partido de aquellos 44 representantes. Este bloque quedó inmortalizado en la conciencia por su tenaz defensa de la democracia y la República, en el Congreso, pudieron ser derrotados por el número, pero nunca en el debate donde se convirtieron en invencibles por sus ideas, su capacidad y su infatigable lucha en defensa de la libertad y los más altos valores republicanos contra un fascismo oculto en una “democracia” populista. Ellos, representan la más importante experiencia legislativa que haya realizado el radicalismo en todo su andar.

                Fue Rector interventor de la UBA desde el 2-11-1943 al 4-11-1943. En 1944, ya casi al final de su vida académica, Ravignani aceptó la oferta de la Universidad de Montevideo, donde se desempeñó como director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Humanidades, dos veces al mes viajaba a Montevideo, para atender personalmente la gestión del Instituto de Investigaciones Históricas, y desde allí participaba de reuniones de exiliados argentinos y políticos uruguayos, en un contexto de importantes contradicciones entre los gobiernos de ambos países con referencia a múltiples temas. La victoria del general Juan Domingo Perón en las elecciones de febrero de 1946 llevó, finalmente a Ravignani a su definitivo alejamiento de la Universidad de Buenos Aires, y en diciembre de ese año renunció a su cargo de director del Instituto de Investigaciones Históricas.

                Para la elección de diputados nacionales, de 1951, no rigió la Ley Sáenz Peña como ocurría desde 1912, sino una de circunscripciones uninominales, la Ley 14.032, promulgada en julio de 1951, gracias a la cual cada provincia se dividió en tantas circunscripciones como diputados nacionales debía elegir, por lo que los electores solamente votaban un candidato a diputado (se obtenía la banca por simple pluralidad de sufragios). Merced a esta ley, el oficialismo peronista, se hizo de una mayoría aún más grande en la Cámara baja: 135 bancas para el Partido Peronista y 14 para la UCR, una medida totalitaria, anti democrática y que conspiraba con una Constitución Nacional sometida a los deseos del Peronismo como así también ponía en peligro ciertamente la voluntad de las minorías como así su representación y su vos en los ámbitos deliberativos que Peron transformó en una escribanía para su pretensiones.

                Si bien el escrutinio fue inobjetable, la campaña previa estuvo ensombrecida por los abusos del oficialismo, que era la única fuerza política que podía usar la radio y la incipiente televisión,  controlaba la mayor parte de la prensa gráfica (en abril de ese año el diario “La Prensa” fue expropiado y entregado luego a la CGT, otros fueron cerrados por la Comisión que presidía el diputado oficialista José Emilio Visca y otros periódicos opositores o neutrales estaban muy limitados). Además, se decretó el estado de guerra interno y se apresó a candidatos opositores (entre ellos, Moisés Lebensohn y 25 candidatos a diputados nacionales de la UCR y a 25 de los 28 candidatos a diputado nacional del Partido Socialista por la Capital Federal). La violencia fue tan grande que varios partidos políticos decidieron suspender la campaña proselitista.

                Entre los legisladores nacionales electos por la U.C.R, en 1951 sobresalen Santiago Nudelman, Emilio Ravignani y Carlos Humberto Perette.

                Emilio Ravignani, falleció en Buenos Aires el 8 de marzo de 1954 dejando inmortalizada una vastísima literatura, como así también importantísimos aportes a la historia dentro del campo de la investigación, como legislador una gran trayectoria producto de su inteligencia y capacidad y como dirigente de la Unión Cívica Radical una intachable conducta siendo un claro ejemplo de lucha.

                Su obra como historiador e investigador resultaría interminable, podemos rescatar alguna de sus obras:

· La primera Constitución de Salta y Jujuy, ignorada hasta hoy, La Nación, Buenos Aires, 1911.

· Comisión de Bernardino Rivadavia ante España y otras potencias de Europa 1814-1820, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Territorio y población: padrón de la campaña de Buenos Aires, 1778. Padrones complementarios de la ciudad de Buenos Aires, 1806, 1807, 1809, y 1810. Censo de la ciudad y campaña de Montevideo, 1780, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Correspondencias generales de la provincia de Buenos Aires: relativas a relaciones exteriores, 1820-1824, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Territorio y población: padrón de la ciudad de Buenos Aires, 1778, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Relaciones interprovinciales: la Liga Litoral, 1829-1833, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Padrones de la ciudad y campaña de Buenos Aires: 1726-1810, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Comunicaciones oficiales y confidenciales de gobierno: 1820-1823, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Comisión de Bernardino Rivadavia ante España y otras potencias de Europa: 1814-1820, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1913.

· Una comprobación histórica, el comercio de ingleses y la Representación de Hacendados de Moreno, Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1914.

· “Notas para la historia de las ideas en la Universidad de Buenos Aires. El Dr. Carta y la enseñanza de la física experimental”, en Revista de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1916.

· La sociología, su importancia para los estudios jurídicos, Buenos Aires, 1915.

· Historia del Derecho Argentino, Buenos Aires, 1919.

· Prólogo a Escritos inéditos, de Antonio Zinny, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1921.

· Advertencia a Colección de tratados: 1552 –1553, de Bartolomé de las Casas, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1924.

· La Constitución de 1819, Buenos Aires, 1926.

· Historia Constitucional de la República Argentina, Buenos Aires, 1926-1930.

· Iglesia: cartas anuas de la provincia del Paraguay, Chile y Tucumán, de la Compañía de Jesús, 1609-1614, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1927.

· “Las finanzas argentinas desde 1810 a 1829” (Tesis), en La Nación, Buenos Aires, 6 de marzo de 1927.

· “Dos episodios de nuestras relaciones internacionales”, en La Nación, Buenos Aires, 24 de junio de 1928.

· Un proyecto de Constitución relativo a la autonomía de la Provincia Oriental del Uruguay, Buenos Aires, 1929.

· La política internacional de España al comienzo de primer gobierno de Rosas, Buenos Aires, 1929.

· Las facultades extraordinarias y la suma del poder público en la época de Rosas, Instituto Popular de Conferencias, Buenos Aires, 1930.

· “Cómo manejaba el dictador Juan Manuel de Rosas sus parodias electorales”, en La Nación, Buenos Aires, 6 de julio de 1930.

· Director de tesis: Unitarios y federales en la literatura argentina, de Avelina M. Ibáñez, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1933.

· Noticia preliminar a Catálogo de libros americanos de la Librería Cervantes de Julio Suárez, Buenos Aires, 1933.

· “Designación de una Comisión de Buenos Aires para mediar en la lucha entre Paz y Quiroga (1829-1830)”, en Humanidades, La Plata. 1933.

· Estudios y documentos para la historia del arte colonial, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1934.

· Advertencia a La emancipación hispanoamericana en los Informes Episcopales a Pío VII: Copias y extractos del Archivo Vaticano, de Pedro Leturia, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1935.

· El pacto de la Confederación Argentina, Buenos Aires, 1938.

· “La participación dada por San Martín al Marqués de Torre Tagle en la Independencia del Perú”, en Congreso Internacional de Historia de América, Academia Nacional de la Historia, 1938.

· El Virreinato del Río de la Plata. Su formación histórica e institucional, Buenos Aires, 1938.

· Prólogo a La organización judicial argentina: ensayo histórico. Época colonial y antecedentes patrios hasta 1853, de Manuel Ibáñez Frocham, La Facultad, Buenos Aires, 1938.

· La información histórica y los sofismas de la generalización (un análisis de historiografía y metodología de historización).

· Asambleas constituyentes argentinas, seguidas de los textos constitucionales legislativos y pactos interprovinciales que organizaron políticamente la Nación. Fuentes seleccionadas, coordinadas y anotadas en cumplimiento de la ley 11.857, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1937-1939, 7 tomos.

· “El Virreinato del Río de la Plata (1776-1810)”, en Ricardo Levene (Dir.), Historia de la Nación Argentina, Academia Nacional de la Historia, 1939, volumen IX.

· La participación de Artigas en la génesis del federalismo rioplatense (1813-1820), Cersósimo, Buenos Aires, 1939.

· Advertencia a Ensayos históricos, de Rodolfo Rivarola, Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto de Investigaciones Históricas, Buenos Aires, 1941.

· Nuevos aportes sobre San Martín, Libertador del Perú, Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, Buenos Aires, 1942.

· Prólogo a El Poder legislativo santiagueño en la época de Ibarra: 1820-1851, de Alfredo Gargaro, Junta de Estudios Históricos, Santiago del Estero, 1944.

· Inferencias sobre Juan Manuel de Rosas, Huarpes, Buenos Aires, 1945.

· Los nombres que usó oficialmente la República Argentina, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1947.

· Debate de la Ley Universitaria en la Cámara de Diputados de la Nación, Buenos Aires, 1947.

· Presentación a Actual momento político argentino, de Elpidio González, Unión Cívica Radical. Comité Central de la Capital Federal. Casa Radical, Buenos Aires, 1947.

· Advertencia a Actas capitulares de la Villa de Concepción del Río Cuarto. Años: 1798 a 1812, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, 1947.

· Documentos para la Historia de la República Oriental del Uruguay, Ediciones del Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad de la República, Montevideo, 1949, 3 volúmenes.
· Prefacio a
San Martín y Artigas: ¿adversarios o colaboradores?, de Daniel Hammerly Dupuy, Noel, Buenos Aires, 1951.

· Prólogo a Carne y bronce: exaltación de Artigas, de Agustín Rodríguez Araya, Ediciones LIL, Montevideo, 1951.

· Trascendencia de los ideales y la acción de Artigas en la Revolución Argentina y Americana, Montes, Buenos Aires, 1951.



Pablo Eduardo Vázquez

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