lunes, 7 de septiembre de 2015

GUILLERMO LEGUIZAMÓN y la U.C.R. de Catamarca

                Guillermo Leguizamón del Llano, nació en Hualfin, Catamarca entre 1853 y 1854, fue bautizado en el mismo lugar, en la Capilla familiar Ntra. Sra. del Rosario el 30 de Mayo de 1858, (cabe recordar que por aquel entonces los únicos registros de nacimiento que se expedían eran los del bautismo, ya que no existía el registro civil). Su padre era Felipe Santiago Leguizamón Ruiz de Gauna quien había nacido en Salta en 1814, mientras que su madre era Gualberta del Llano Moreno, nacida en 1825 en Hualfin, Catamarca.

                Gran parte de su juventud vivió en Chile específicamente en Santiago donde se trasladó para estudiar la carrera de abogacía, allí, se recibió de abogado en la Universidad de Santiago de Chile.

                En la misma Santiago conoció a quien fuera luego su esposa, Elena Marta Ovalle Arangua, nacida el 22 Febrero de 1845 en Santiago, Chile y  fallecida el 15 Enero de 1929 en Buenos Aires, Argentina. Contrajeron matrimonio el 16 Septiembre de 1876 en la Iglesia de San Isidro en Santiago, Chile, tuvieron seis hijos: Adolfo César Leguizamón Ovalle, (n. 11 Mar 1878, f. 7 Sep 1958); Guillermo Eduardo Leguizamón Ovalle, (n. 1 Dic 1878, Belén, Catamarca, Argentina, f. 31 Oct 1949); Rafael Alejo Leguizamón Ovalle, (n. 1880, f. Dic 1934); Alvaro Francisco Leguizamón Ovalle, (n. 1883, f. 1956); Elena Leguizamón Ovalle, (c. 1 Ene 1885, Posta de San Martín, Santa Fe, Argentina); Aníbal Felipe Leguizamón Ovalle, (n. 5 Jul 1886, San Fernando del Valle de Catamarca, f. 18 Feb 1959, Buenos Aires).

                Guillermo Leguizamón, una vez afincado definitivamente en su Catamarca natal, se convirtió en un hombre público que supo dedicarse por completo a la vida política hasta el final de sus días.

                En 1883 tuvo una destacada e importante actuación en la Asamblea Constituyente Provincial de la que formó parte como constituyente.

                En el Plano académico, fue Rector del Colegio Nacional de Catamarca desde 1884 hasta 1886.

                Mantuvo desde un principio un mismo lineamiento político y que tenía que ver con el apoyo irrestricto a sus amigos Leandro Alem y Bernardo de Irigoyen, a quienes reconocía su liderazgo y conducta. En virtud de ello, en 1885 apoyó fuertemente la truncada y frustrada candidatura de Bernardo de Irigoyen a la presidencia.

                En 1890 se convertiría en el fundador y el principal organizador de la Unión Cívica en Catamarca, pero su estrecha relación con Leandro Alem, Bernardo de Irigoyen y Francisco Barroetaveña también le darían dimensión Nacional, siendo Guillermo Leguizamón uno de los fundadores y principales artífices de la formación de la Unión Cívica y luego en 1891 de la Unión Cívica Radical en el plano Nacional. Siempre se consideró amigo personal, admirador y gran seguidor de Leandro Alem, relación esta, que lo llevó a tomar un gran protagonismo en la vida política tanto catamarqueña como en la vida política interna en aquellos primeros años del Radicalismo.

                Su accionar político y su relación con Leandro Alem, lo llevó a tener una importante intervención durante los episodios de la Revolución del Parque en 1890.

                Con motivo del estado de sitio declarado después de la revolución radical, fueron remitidos presos a la corbeta La Argentina Leandro Alem, Víctor Molina, Miguel A. Páez, Coronel Julio Figueroa, Joaquín Castellanos, Martín M. Torino, Rufino Pastor, Guillermo Leguizamón, Francisco Barroetaveña, Oscar Liliedal, Adolfo Saldías y Diego Fernández Spiro. Juan Posse es llevado a la cañonera Paraná junto con Marcelo T. de Alvear, Julio Arriaga y Celindo Castro. Unos días después fueron trasladados al pontón Rossetti, donde se encontraban hacinados casi todos los dirigentes radicales, incluso Alem. Semanas más tarde, fueron desembarcados en Montevideo en calidad de desterrados. En Santiago del Estero, con orden del juez fueron aprehendidos Ramón Iramain, Francisco Castañeda Vega y Dupuy como cabecillas de la conspiración nacional.

                Luego de la revolución del parque, en Catamarca se apreciaría una gran división en la clase política y por ende se encontraría una oposición al régimen muy diluida. Solo quedaban dos grandes agrupaciones: el partido nacional que lo componían los Dulcistas y los Figueroístas, y los de la Unión Cívica, presididos por Guillermo Leguizamón, Los Católicos, en los que predominaba la influencia del Vicario eclesiástico José F. Segura no comulgaban con los Cívicos de Leguizamón ya que tenían diferencias insalvables. A esta disgregación política se sumaba un estado de anarquía que se acentuaba cada día más.

                A esta anarquía en la elite política y la administración pública se sumaba el desprecio por la justicia y por la honestidad en el manejo del crédito bancario, entre las acusaciones, algunas caían sobre el banco provincial de Catamarca. A fines de junio de 1891, y ya comprometido el Acuerdo Roca-Mitre, el Gobernador Gustavo Ferrari, en su enfrentamiento por la nominación del Senador Nacional, con la facción denominada Separatista, liderada por Rafael Castillo, declaró cesantes a todo el Senado y la Corte de Justicia.

                Otro de los motivos importantes y, tal vez, causa motor del estallido fue que los principales líderes de la Unión Cívica se hallaban detenidos (Oscar Liliedal, Guillermo Leguizamón, Carlos de la Vega, Angel Maza). Como resultado, se produjo en Junio de 1891 un levantamiento revolucionario liderado por los Cívicos, se produjeron nuevos alzamientos y los amotinados tuvieron en Catamarca el 23 de junio un éxito sangriento que derrocó al gobierno de Gustavo Ferrari e instaló una Junta o Triunvirato presidido por Guillermo Leguizamón y que se completaba con Santiago de Santa Coloma y Carlos A. de la Vega. El audaz movimiento triunfó y se mantuvo en el Gobierno provincial por tres días, hasta que el Estado nacional declaró el estado de sitio y arribaron efectivos militares al mando del General Amaro Arias (hermano del General José Inocencio Arias), siendo, tras diversos avatares, apresados los líderes revolucionarios, entre ellos Guillermo Leguizamón, por el comisionado militar, quien lo hizo llevar a Buenos Aires, donde fue juzgado por conspiración contra el régimen. La justicia le negó la excarcelación.

                La provincia fue intervenida por el Gobierno federal, recayendo la intervención en Juan Carballido. El Gobernador Gustavo Ferrari fue repuesto en su cargo y designado su cuñado Figueroa como Senador Nacional.

                Leguizamón volvería a la escena política participando luego, en la Revolución de 1893 correspondiéndole haber conservado en su poder una bandera argentina teñida en sangre de los caídos en el Parque y en Jardín Florida, bandera ensangrentada, esa, que sirvió de emblema partidario a la futura bandera roja que usó el radicalismo. En virtud de los sucesos revolucionarios de 1893, contra el Gobernador Gustavo Ferrari y el nepotismo instaurado en la misma, las vinculaciones entre las provincias vecinas de Catamarca y Santiago del Estero se resintieron. Como resultado de dicha revolución, el Ministro del Interior Wenceslao Escalante, conspicuo dirigente del PAN, se vio obligado a presentar la renuncia.

                Con respecto a la cuestión partidaria, como ya dijimos, Leguizamón, siempre se mantuvo cercano a Leandro Alem, ostentando ser uno de los miembros fundadores de la Unión Cívica y luego de la Unión Cívica Radical de la que formó parte entre 1891 y 1894 de la Primer Convención Nacional de la U.C.R. presidiéndola en algún momento de aquellos años.

                Se desarrolló como Diputado Nacional en el periodo 1900-1904 en el cual tuvo gran intervención y gran reconocimiento.

                También, cabe destacar, que en el ámbito de su profesión, el derecho,  presidió la Corte de Justicia de Catamarca (entonces llamada Cámara Superior) en dos oportunidades, Enero de 1885 y junio de 1914.

                Falleció en Catamarca el 12 de marzo de 1922 .Sus Restos descansan en el Cementerio de San Fernando del Valle de Catamarca.

                Guillermo Leguizamón, un hombre que durante toda su vida se valió de sus grandes conductas, con una fuerte convicción ética y moral supo representar los valores y principios más profundos de la Unión Cívica Radical, siendo uno de sus fundadores se ha convertido en un protagonista valeroso del radicalismo Nacional y Catamarqueño.

 

Pablo Eduardo Vázquez

1 comentario:

  1. El es mi tatarabuelo. Mi bisabuelo es Álvaro Leguizamon.
    Un placer que se lo recuerde.
    Gracias

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