Luis Monteverde nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1859. Cursó
sus estudios en la misma ciudad, y
trabajó como escribiente en el Departamento de Ingenieros de la Nación en 1881,
realizó trabajos de topografía y cartografía durante la Conquista del Desierto
y en la fundación de la ciudad de La Plata. Radicado en esa ciudad, trabajó en
la Inspección de Ferrocarriles de la provincia de Buenos Aires en 1884. Formó
parte del Consejo de Obras Públicas provincial destacándose como agrimensor del
gobierno de la provincia en 1888 y fue uno de los proyectistas y constructores
del Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Además, fue concejal en el primer
Concejo Deliberante de La Plata, ocupando el mencionado cargo en varias
oportunidades y desempeñando numerosas
comisiones de carácter científico y comunal en dicha ciudad.
Se
diplomó de agrimensor en 1886 en el Colegio de Ingenieros de la Nación, título
luego validado por la Universidad Nacional de La Plata.
Poseía el
título de ingeniero civil y en tal carácter, fue el principal actor en la
organización de la Universidad de La Plata, ciudad donde residió casi toda su
vida. Fue miembro del consejo universitario y ejerció el decanato de la
Facultad de Ingeniería.
En 1890
participó de la fundación de la Unión Cívica, mientras ocupaba el cargo de
concejal municipal de la Ciudad de La Plata, en aquel año sería elegido
candidato a Diputado Nacional y participaría de los levantamientos
revolucionarios que conocemos como la revolución del Parque. Un año más tarde,
en 1891, cuando la Unión Cívica
se dividió, Monteverde se unió a la Unión Cívica Radical. Fue diputado a la Legislatura de la provincia para el período
1891-1894. Tuvo una gran
participación en la Revolución de 1893 en la que fue el jefe de la Junta
Revolucionaria en La Plata; pese a la derrota militar, y estando apresado, aún
siendo legislador, sus seguidores acompañaron al gobernador revolucionario Juan
Carlos Belgrano.
En
1896 volvió a incorporarse a la lucha electoral en las filas de la UCR. Asumió
una concejalía y fue elegido vicepresidente primero del Concejo Deliberante. A
fines del mismo año resultó electo diputado provincial. En 1898 ocupó
nuevamente una concejalía y asumió como Intendente de La Plata y como senador
provincial, cargo este que ejercería hasta 1901. En aquellos tiempos, la
ocupación en simultáneo de cargos municipales y provinciales no generaba
incompatibilidad y Monteverde logró llevar adelante ambos mandatos con gran
compromiso y demostrando sus amplias capacidades y aptitudes. Durante su desempeño como Intendente Municipal, generó un gran número
de obras que marcaron un gran progreso edilicio para la ciudad. Además llevó
adelante una administración caracterizada por la transparencia y la responsable
administración de los fondos públicos, dejando de esta manera bien altos los
principios y la concepción doctrinaria de la Unión Cívica Radical.
Durante
los años del abstencionismo Radical, mientras el Partido se encontraba alejado
de las contiendas electorales, Monteverde desempeñó actividades de trascendencia social. Fue uno de los
profesores que habían participado en la fundación y organización de esa
Universidad Nacional de la Plata desde 1897 cuando, además, formaba parte de su
consejo directivo. Este gran compromiso con la Universidad le otorgó la
posibilidad también de ser decano de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas
de La Plata hasta 1903. El reconocimiento social de Monteverde excedía a los
claustros universitarios, ya que también se desempeñó en la sociedad civil con
un gran compromiso en las instituciones intermedias, entre ellas podemos
destacar que Presidió la comisión de fundadores de La Plata Fue Socio fundador
del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, además, integró comisiones de
asociaciones benéficas, tales como la sociedad de bomberos voluntarios de Lanús
y mientras, continuaba con su actividad de agrimensor. Este conjunto de
actividades lo transformaban en una persona pública con fuerte presencia en la
sociedad platense y, en la provincia de Buenos Aires. Asimismo, le permitió
construir vínculos y le dio reconocimiento, dos recursos valiosos que lo
dotaron de un gran prestigio político. La oportunidad de participar en política
partidaria volvió en 1904 cuando, en plena convocatoria a la reorganización de
la UCR nacional, Monteverde fue una pieza clave del radicalismo bonaerense.
Allí, participó como vocal del Comité Nacional.
Cuando
en 1904 Hipólito Yrigoyen dio inicio a la reorganización Partidaria de la Unión
Cívica Radical, Luis Monteverde retorno a la militancia, la intervención que
puso fin al gobierno conservador de Marcelino Ugarte fue el camino hacia la
ocupación de nuevos y más importantes cargos de gobierno. Por entonces, era
Presidente del Comité Central de la ciudad de La Plata y vicepresidente 1° de
la mesa directiva del comité bonaerense de la UCR. Su nombre fue llevado a las urnas en 1914 y 1916, como candidato a
diputado nacional, siéndole adverso el resultado para él ya que no ocupaba un
lugar relevante en las listas.
Ya con
Hipólito Yrigoyen instalado en el gobierno nacional como Presidente desde 1916,
éste, decidió la intervención de la Provincia de Buenos Aires dejándola en
manos de una persona de su máxima confianza como lo era José Luis Cantilo,
quien tenía el mandato de Yrigoyen de llamar a elecciones para 1918. La
elecciones a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires a llevarse a cabo en
1918 encontraban a la Unión Cívica Radical en una inmejorable posición, el
radicalismo ostentaba la Presidencia de la Nación con un gran apoyo popular, y
crecía como partido día a día, esto se notaba con gran fuerza en la Provincia
de Buenos Aires donde el clamor de la gente fortalecía cada vez más a la Unión
Cívica Radical, dotándola de nuevos cuadros políticos y gente que se acercaba a
militar en las filas del reducto más importante que tenía el Yrigoyenismo.
Luis
Monteverde, era uno de los radicales bonaerenses más viejos entre los
considerados. Su espacio de influencia política era La Plata y formaba parte de
las filas provincialistas, posteriormente identificadas como “azules”. Estas
encarnaban una reacción de los radicales que se sentían los legítimos
representantes bonaerenses contra los representantes enviados desde la capital
de la República, los “metropolitanos”, que habían desembarcado en la provincia
luego de la intervención, de la mano de Cantilo y, más tarde, de Crotto, dos
representantes del yrigoyenismo identificados como “rojos”.
En
tales condiciones se proclamó la fórmula José
Camilo Crotto-Luis Monteverde en la Asamblea partidaria. Esta fórmula vincula
el liderazgo y la fuerte conducción política de Crotto con el perfil de
mandatario de Luis Monteverde, conocedor de las necesidades del Estado, ya que
había recorrido la provincia, trabajando en ella y conquistando entre los
vecindarios una popularidad efectiva. Esta fórmula obtendría en las elecciones
una aplastante victoria, obteniendo el 59% de los sufragios. De esta manera
José Camilo Crotto y Luis Monteverde se convertirían en los primeros Radicales
en conducir los destinos de la Provincia de Buenos Aires a través del sufragio
libre garantizado por la ley Sáenz Peña.
Más tarde,
en 1921, se produciría un duro enfrentamiento entre José Camilo Crotto e
Hipólito Yrigoyen, quien lo había postulado como Gobernador años antes. Este
enfrentamiento produjo duros cruces y un clima de inestabilidad y desgobierno
producto de las tensiones y la presión que ejercían los dirigentes
yrigoyenistas de la Provincia de Buenos Aires. Esta disputa finalizaría con la
renuncia del Gobernador José Crotto en mayo de 1921 y la posterior asunción de
Luis Monteverde como gobernador interino hasta completar el mandato que
finalizaría un año más tarde.
Una
vez que Monteverde asumió la gobernación, se apoyó en los que fueron sus
ministros más importantes quienes eran: Obdulio Siri, en Gobierno, Manuel L.
del Carril, en Hacienda, y Juan B. Rivera, en Obras Públicas.
Fue el estado financiero de la provincia, la preocupación fundamental
de la gestión gubernativa de Monteverde.
Al mes de estar en funciones, con fecha 22 de junio de 1921, sometió a la
consideración de la Legislatura varios proyectos de ley que tendían a
fortificar la situación económica en general de la provincia, pero las Cámaras,
absorbidas por otras cuestiones, no los consideraron.
Su
mandato al frente de la Gobernación fue breve, ya que solo dispuso de un año, y este limitante que
representaba el tiempo, no le permitiría desplegar la actividad organizadora de
que se sentía capaz, ni desarrollar una labor tan intensa y dinámica como la
que correspondería a un gobernante. Todo ello no fue inconveniente para que su
gobierno tuviera un alto sentido de la responsabilidad, y un inteligente manejo
de las finanzas públicas que le permitió llegar al término de su breve
actuación recogiendo las simpatías generales, no sólo entre la masa de sus
correligionarios, que supo unir y estimular en la acción política, sino también
entre fuertes núcleos de la oposición que hubieron de reconocer su acción al
frente de la provincia.
Entre
los logros obtenidos durante su gestión al frente de la Provincia de Buenos
Aires, podemos destacar que disminuyó la deuda pública, aunque gobernó sin
presupuesto, ya los legisladores se negaron a aprobar sus proyectos. Fundó el Museo Provincial
de Bellas Artes y creando
dentro de él una sección destinada para conservar todo lo que se refiera a La
Plata desde su fundación, extendió los canales
de drenaje de la pampa deprimida y promovió una ley orgánica de las
municipalidades.
Aumentó también el número de alumnos en las escuelas, cubrió los cargos en el
Poder Judicial ignorando las razones políticas, y extendió el Ferrocarril de La
Plata al Meridiano V aun arrojando un superávit.
Buscando el mejoramiento de las instituciones oficiales, dictó nuevas
reglamentaciones para inscribir en los registros del Estado las trasmisiones de
dominio y para organizar el depósito de publicaciones oficiales y también el
Registro Oficial; dotó de una nueva reglamentación a la Defensoría de Menores;
proyectó la creación del sanatorio de montaña y el instituto del radio; estudió
y licitó la construcción de un canal aliviador del Salado, de gran importancia
para la extensa zona que atraviesa. Monteverde finalizó su gobierno el 1° de
mayo de 1922, día en que se efectuó la
transmisión del mando al nuevo gobernador, el ex interventor José Luis Cantilo.
Más
tarde, dentro de la situación interna de la Unión Cívica Radical se alineó en
las filas del personalismo y a los dos años de haber
abandonado la Gobernación de la provincia fue elegido diputado nacional para el
período 1924-1928. Durante su mandato de diputado, proyectó un hospital para enfermos de tuberculosis
en Sierra de la Ventana, la Biblioteca de la Ciudad de La Plata, que luego se
incorporó a la Universidad, y el Monumento a Giuseppe Garibaldi en la Plaza
Italia de Buenos Aires.
Falleció en el desempeño de esas funciones el 28 de
Junio de 1925.
Pablo Eduardo Vázquez
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