Nació
en Salta el 10 de septiembre de 1873, era el menor de los hijos de Luis
Güemes Puch y de Doña Rosaura Castro Sanzetenea y por
consiguiente, nieto del general Martín Miguel de Güemes,
héroe de la Guerra
Gaucha.
Adolfo,
realizó sus estudios primarios y secundarios en
Salta, egresando como bachiller del Colegio Nacional. Se
doctoró en medicina en la
Universidad de Buenos Aires en 1898, con una tesis titulada
“Contribución al estudio de la policerosis tuberculosa”, continuando luego sus
estudios en Francia (donde logra otro doctorado), Austria, Alemania y Rusia.
Emprende
el regreso al país en 1904, su carrera profesional lo encuentra desarrollándose
como médico estable en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires.
También por
ese entonces, luego de entrevistarse con Hipólito Yrigoyen, se afilia y enlista
en las filas de la Unión
cívica Radical, no cabían dudas que por su forma de ser y por sus convicciones
e ideales que había asimilado desde muy chico producto de pertenecer a una
familia que desde siempre estuvo involucrada y comprometida con los valores y
el mas profundo sentir patriótico, que su lugar en el mundo de la política no
podía ser otro que la Unión
Cívica Radical.
Durante la década del diez se
instaló nuevamente en Salta, allí colabora intensamente con sus
correligionarios en el gobierno provincial. El prestigio adquirido por Adolfo
Güemes en el radicalismo nacional influye en gran medida para que en 1921 el
Presidente Yrigoyen ordenara a los Ferrocarriles del Estado la iniciación de la
construcción del ferrocarril a Huaytiquina, el viejo anhelo salteño. Su
fuerte campaña en favor de semejante obra y que finalmente se concretara la
construcción del Ferrocarril de Huaytiquina, lo terminó de catapultar como el
dirigente político más importante de la Provincia , esta obra conectaría a Salta con
Chile, de esta manera la provincia tendría la salida al Pacífico con la
importancia que esto llevaría desde el punto de vista económico ya que la Salta ampliaría sus
fronteras en materia de exportaciones tanto para el ganado como para la
producción vitivinícola y azucarera.
Sus ideas
y su personalidad lo definían como una persona comprometida con la patria y el
respeto indeclinable por la constitución y sus leyes que creía que merecían el
respeto casi sacrosanto, un demócrata a todas luces, defensor de la libertad y
de la igualdad de oportunidades y gran enemigo de las prebendas y de los
acomodos. A través de su figura y el respeto que él profesaba
ante toda la sociedad es que la Unión
Cívica Radical encontró en Adolfo Güemes el dirigente ideal en
la provincia de Salta para crear un verdadero proyecto de unidad y trabajar con
la firme posibilidad de llegar a la gobernación de aquella Provincia.
En el año 1922, ganó las elecciones y fue elegido gobernador de su provincia,
asumiendo el mando el día 1 de mayo y ejerciendo el cargo hasta 1925. construyó
el Hospital Materno Infantil, continuó una obra iniciada por su tío abuelo
Dionisio Puch que fue el cementerio de la Santa Cruz , la ya mencionada obra del ferrocarril
y generó una fuerte política de expansión en la producción vitivinícola y
azucarera. También creó numerosos parques y plazas en la capital.
Por su iniciativa y siendo Gobernador de la Provincia , en junio de 1924, decreta el inicio
institucional de la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes,
de la cual fue nombrado presidente honorario.
Centró los
objetivos de su gestión en la educación y la salud pública y en la austeridad
fiscal, que acompañó con su propia austeridad personal, llevó adelante una
gestión brillante. S
Su política hacia el campo le
valió el reconocimiento al punto de ser distinguido y elegido como presidente
de la Sociedad Rural
Salteña desde 1925 a
1926 aun siendo que los miembros de esta organización no comulgaban ni con sus
ideas ni con las del radicalismo.
Al finalizar su mandato regresó
a Buenos Aires, donde ejerció la medicina y fue nombrado Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
Una vez derrocado Hipólito
Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930, y ante el comienzo de la década infame, el
radicalismo viviría una de sus horas más aciagas, su pariente José Félix
Uriburu era el Presidente de la
Nación y en 1931 decide llamar a elecciones,
También en 1931,
la Convención
nacional de la Unión Cívica Radical decide participar de las
elecciones Presidenciales llevando la Formula Marcelo T.
de Alvear – Adolfo Güemes, pero la fórmula fue proscripta: en el caso de
Alvear, por no haberse cumplido los seis años ordenados por la ley para ser
nuevamente electo, y en el caso de Güemes, por haber simpatizado con el
gobierno constitucional de Yrigoyen, fundamentación vergonzosa e increíble que
demostraba la clase de calaña que gobernaba nuestro país.
Debido, a que el radicalismo fue
despojado de la
Gobernación de la Provincia de Buenos Aires habiendo sido legítimo
vencedor y ante la proscripción de sus candidatos para la Presidencia , la Unión Cívica Radical dejaba en claro que no
estaban dadas las condiciones democráticas, ni constitucionales para que las
elecciones se desarrollaran normalmente y por ende se decide la abstención en
las elecciones presidenciales.
El
Dr. Adolfo Güemes será uno de los dirigentes nacionales de más peso de la Unión Cívica Radical por ese entonces y por
consiguiente se ganará rápidamente la antipatía del gobierno provisional. Adolfo
Güemes expondrá sobre aquellos que detentaban el poder a espaldas del pueblo: “... Hombres de criterio simplista, creen en
la eficiencia de la violencia para torcer, por miedo, la irrevocable voluntad
del pueblo; pésimos psicólogos, no se dan cuenta que las persecuciones,
destierros, confinamientos, no han servido ni servirán jamás, sino para dar
mayor unidad y cohesión a nuestro partido, pues nada vincula más a los hombres
que los sufrimientos e injusticias compartidas; en cambio: los placeres
fáciles, bailes, excursiones y banquetes mientras miles de compatriotas padecen
hambre, suelen generar malas digestiones, insomnios rebeldes y tenaces.”
Acusado por los intentos
revolucionarios del radicalismo con el fin de restablecer el orden
constitucional y democrático, fue arrestado en 1933 en la Isla Martín García y
trasladado a la Cárcel
de Ushuaia, junto con otros dirigentes radicales como Ricardo Rojas, Enrique
Mosca, Marcelo T. de Alvear, Honorio Pueyrredón y José Luis Cantilo.
Demostrando su compromiso con la sociedad y
su entorno, es que en 1945 hizo donación al Museo Colonial, Histórico y de Bellas
Artes de varias obras artísticas de su propiedad. Pero también, desde siempre,
el Dr. Adolfo Güemes estaba presente colaborando calladamente, por el mero
gusto de ver progresar a su pago; como, por ejemplo, durante la intendencia de
Luis Langou, regalando todas las plantas que adornaron el Rosedal del entonces
recién remodelado Parque San Martín.
En el año 1946 triunfa Perón y
-a pesar de las diferencias- lo convoca a integrar el Gobierno nacional en el
cargo que él quisiera debido a su gran prestigio. Al respecto, Alberto Pavón
Pereyra, un estudioso de la figura de Perón contó que Güemes le contestó “Presidente yo estoy de acuerdo con su obra
social, pero estoy viejo para cambiar de caballo a mitad del río y voy a morir
radical”.
En su testamento donó una chacra
que había pertenecido a su abuelo, el general, conocida como “El Carmen de
Güemes” para ser destinado a ser una escuela-granja, objetivo que se cumpliría
en 1952.
Falleció en la ciudad de Buenos Aires el 4 de octubre de
1947, víctima de un infarto; era soltero y no tuvo descendencia.
Pablo Eduardo
Vázquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario