Juan
Bautista Bascary Esteves, nació en San Miguel de Tucumán el 24 de octubre de 1872, fue el
segundo de cuatro hijos que surgieron del matrimonio entre Juan Bautista
Bascary Díaz y Carmen Esteves Torres, tenía ascendencia vasco-francesa por
parte paterna, sus hermanos eran Amalia Bascary Esteves,
Dolores Bascary Esteves y Carmen Bascary Esteves.
Se educó en el
colegio del Salvador de Buenos Aires. Luego de finalizar sus estudios, se
dedicó a actividades de tipo comercial como consignatario de azúcar. Debido al
auge de la actividad azucarera en Tucumán, logró una excelente posición
económica. Su gran capacidad claramente
demostrada en su actividad privada lo llevó a desempeñarse como miembro directivo
de la Bolsa de
Comercio de Tucumán, allí una vez más vio crecer su prestigio producto de la
inteligencia con la que supo desarrollar sus funciones. Soltero durante toda su
vida, fue un hombre de mundo, dotado de condiciones sociales, viajero y elegante.
Se inició en la
política en 1915, enrolándose en las filas de la Unión Cívica Radical, aquel
novel Partido que intentaba cambiar la realidad política y social de nuestro
país, y para Bascary ningún otro Partido simbolizaba mejor en su ideología y doctrina
los cambios que para él debían producirse en Tucumán, que la misma U.C.R.
Su primera
intervención en cargos electivos lo catapultó a ser concejal de San Miguel de
Tucumán y a partir de allí expresar el ideario radical a través de la gestión
deliberativa, esta intervención le daría una mayor dimensión dentro del mapa
político de la Provincia.
Ya
en 1916, al producirse la división de la
UCR ésta, se dividirá en los sectores "rojo", que
seguían a Juan Bautista Bascary y el "azul", que respondía a Pedro G.
Sal, los primeros constituyeron una logia que se denominaba "El
Témpano". En esta logia, participaban Ignacio Toledo (h), Miguel de la Rosa, Ernesto M. del Moral,
Patricio Correa Uriburu, Juan Bautista Bascary, Marco A. Maciel, Enrique Galván
y Octaviano S. Vera.
La
logia “El Tempano”, pretendía representar integrales y absolutas
transformaciones en la vida política de la provincia". Era una fuerza
empujada por la necesidad trascendental que necesitaba el pueblo de la
Provincia de Tucumán de que ésta, atravesara por una reformulación absoluta en
materia social, tal vez sin comprender en todo su hondo significado, y la
misión que desempeñaba en aquel solemne momento histórico, se embarcó en tal
compañía en un momento donde el sistema casi feudal y una situación de aparente
esclavismo eran amparados bajo el manto que le ponía el régimen conservador a
través de las familias más importantes de Tucumán.
Juan Bautista
Bascary, sería elegido por sus correligionarios como candidato a la gobernación
por la UCR, en
1916. Triunfó en las elecciones sobre la Concentración
Conservadora, que llevaba como candidato al industrial
azucarero Alfredo Guzmán, mientras que un sector del radicalismo, denominado
"azul", había llevado como candidato a gobernador a Pedro G. Sal.
Bascary asumió el
gobierno provincial el 2 de abril de 1917, convirtiéndose así en el primer
Gobernador Radical de Tucumán, más allá de la Gobernación de Juan Posse que fue
gobernador antes del nacimiento de la UCR y luego se enrolaría en las filas de
la Unión Cívica Radical.
La llegada a la gobernación del partido radical a través de Juan
Bautista Bascary, será con el firme objetivo de poner sus aspiraciones en la
regeneración social de una provincia con grandes estigmas feudales. Durante las
administraciones conservadoras, toda la provincia y en especial en el interior
persistían viejos usos y costumbres, que chocaban con el ambiente de
civilidad de que hacía gala la élite tucumana. Las condiciones materiales de
vida y trabajo de los peones permanentes y zafreros eran de una situación de
casi esclavismo y vivían en condiciones infrahumanas. El radicalismo se había
propuesto cambiar esta realidad y mejorar las condiciones de los trabajadores.
Debido a esta situación social
de la Provincia, amparado todo este clima por los sectores más poderosos, es
que Bascary encontrará fuerte resistencia en los cambios que el radicalismo a
través de su gobernación quería implementar, transformando su mandato en un
verdadero tormento al que lo llevaron los grupos concentrados de poder que aún
y a pesar de la derrota conservadora seguían teniendo gran influencia en la
vida política de Tucumán.
Para los miembros de la
dirigencia provincial de la UCR, la cuestión social, se había
transformado en un estigma y se preocupaban por cambiar las malas condiciones
del obrero. Mientras tanto, la aristocracia, ponía obstáculos en tratar en la
Legislatura, proyectos de ley de mejoras sociales y reglamentar la ley nacional
para el mundo del trabajo de hombres, mujeres y niños, que se habían aprobado
en el Congreso para el ámbito federal y los territorios nacionales.
El grupo de propietarios de
ingenios, se resistió a promover modificaciones en la calidad de vida y de
trabajo de los peones. Hubo que esperar al año 1917. En Tucumán se advertía
con gran claridad una situación de explotación humana, primitivez y un sistema
de vida injusto desde el punto de vista de la dignidad humana. Es fácil
comprender de qué manera los gobiernos de la Unión Cívica Radical resultan
progresistas es fácil comprender el drama de Juan Bautista Bascary.
El gobierno de
Bascary fue de gran agitación, como consecuencia de la transformación del
panorama político local y la llegada de Hipólito Yrigoyen a la Presidencia de la
Nación. En la Cámara de Diputados de la Legislatura provincial predominaron los radicales
azules y los conservadores quienes impidieron la gestión de gobierno de Bascary
generando la virtual parálisis de la administración. Las Cámaras decidieron
someter a un juicio político al gobernador en 1917 y constituyeron un gobierno
paralelo presidido por el presidente del Senado, León Rougés. Bascary recurrió
al gobierno nacional aduciendo que esta medida de los opositores respondía a su
iniciativa de proceder a una nueva evaluación ordenada para el pago de la
contribución directa sobre la propiedad, que afectaba los intereses de los
grandes propietarios. La constitución de la legislatura por miembros de los
grandes productores e industriales azucareros provocó la reacción ante la
medida. Bascary denunció que "los legisladores eran designados en
cónclaves familiares y por transacciones de equilibrio entre círculos
distanciados del pueblo. El apellido, el vínculo financiero y la dependencia
económica determinaban la actuación dentro del Partido". Alegó que el
juicio en su contra por la legislatura estaba viciado, apelando a su elección
por el Pueblo y para el Pueblo.
Bascary
contaba con el apoyo de su primer diputado provincial radical de Tucumán y
posterior presidente de la cámara el Dr. Alberto Aybar Augier, los dirigentes
Felipe S. Pérez, Enrique Galván, todos ellos fieles al sector yrigoyenista y
amigos personales del Dr. Hipólito Yrigoyen.
La U.C.R.
"personalista" o "roja", que apoyaba a Bascary comenzó un
acelerado proceso de fragmentación: se dividió en "negros" y
"sovietistas", estos últimos agrupando a los obreros de los ingenios
azucareros. Yrigoyen intervino la provincia a pedido de Bascary el 26 de
diciembre de 1917 hasta el 27 de julio de 1918, para reponerlo en el gobierno
nuevamente en la mencionada fecha. La situación continuó siendo conflictiva
hasta que el 7 de diciembre de 1920, el gobierno nacional intervino
definitivamente la provincia, desplazando a Bascary de la gobernación por los
Comisionados nacionales Juan M. Garro y Julio B. Lezana.
Juan Bautista
Bascary dejó su cargo de gobernador totalmente empobrecido por la política. Las
elecciones provinciales siguientes llevaron al poder a Octaviano Vera, quien
también sufriría los embates de los poderosos intereses de los industriales
azucareros ante su tentativa de introducir reformas laborales y permitir el
acceso a la administración provincial de los incipientes sectores medios
tucumanos.
Mientras tanto,
Bascary no volvió a participar en política y falleció en la más completa
pobreza el 18 de marzo de 1933 en san Miguel de Tucumán.
Pablo Eduardo Vázquez
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