El Guardapolvo Blanco y
La Reforma del 18’
José Santos Salinas nació en Chañar,
departamento de Olta, Provincia de La Rioja en 1870. Originario de una familia
de maestros, en su juventud también fue maestro; su hermano Reyes Magos
Salinas, llegó a ser Inspector General de Escuelas de la Nación.
José, se recibió de profesor en
el actual Instituto de enseñanza Superior nº2 Mariano acosta, de donde egresó en 1890
como Profesor Normal. Luego
de allí, se trasladó a Buenos Aires donde ejerció como docente para costear sus
estudios en la Universidad de Buenos Aires, recibiéndose de abogado. Durante
sus estudios participó en la Revolución del Parque en 1890 y en la Revolución
de 1893, siendo de esta forma un militante y dirigente, primero de la Unión
Cívica y después de la Unión Cívica Radical de la primera hora. Fue un gran
seguidor de Leandro Alem y después de su muerte en 1896, de Hipólito Yrigoyen
con quien guardo una gran relación.
Desde muy joven adopto y se
sintió plenamente identificado con los principios doctrinarios e ideológicos de
la Unión Cívica Radical, estaba claramente convencido que la causa que el nobel
partido defendía era la misma causa que él sentía como propia y que era el
camino que el pueblo y el país debían tomar para cambiar el rumbo de una nación
que estaba anquilosada por la perpetuación en el poder de una clase dirigente
retrograda y corrupta.
Luego de completar sus estudios,
se estableció en la Provincia de Jujuy, donde ejerció la docencia, y fue uno de
los primeros adherentes a la fundación de la Unión Cívica Radical en esa
provincia.
Fue representante durante varios
periodos a la Convención Nacional de la UCR por la provincia de Jujuy, y en
1912 fue elegido diputado nacional por esa misma provincia, aunque no asumió el
cargo por considerar que aún no estaban las condiciones dadas desde el punto de
vista ético y moral y que la ley Saenz Peña aún no se cumplía en su totalidad
en función de garantizar comicios libres y transparentes, esta actitud fue
tomada por la Unión Cívica Radical, mostrándose de esta forma José Salinas
orgánico a las decisiones del Partido a nivel nacional. Años más tarde fue
nombrado Inspector General de Escuelas de su provincia de adopción.
Al asumir la presidencia el
primer presidente radical, Hipólito Yrigoyen, llevó como Ministro de Justicia y
Educación a José Salinas. Uno de sus principales colaboradores fue el doctor
Ángel Gallardo, que ejerció como presidente del Consejo Nacional de Educación. Salinas,
ejerció el mencionado ministerio durante toda la Presidencia de Hipólito
Yrigoyen, es decir, desde el 12 de octubre de 1916 al 12 de octubre de 1922,
cuando asumió la Presidencia de la Nación Marcelo Torcuato de Alvear.
Durante su gestión al frente del
Ministerio de Justicia y Educación protagonizó y generó grandes y profundos
cambios en consonancia con lo que Hipólito Yrigoyen mandaba, y la Unión Cívica
Radical promulgaba desde su nacimiento. Se buscó mejorar las condiciones en que
ejercían su tarea los maestros, incluyendo mejoras en sus salarios y mayor
puntualidad en los pagos. También estableció la obligatoriedad del guardapolvo
blanco para todos los estudiantes primarios, esto no es un dato menor, ni una
medida de color y poco trascendente, todo lo contrario, ya que la
instrumentación del guardapolvo blanco en las escuelas tenía que ver con una
cuestión netamente filosófica y de gran contenido social, se pretendía generar
una medida de igualdad social, ya que de esta forma todos los alumnos al vestir
el mismo guardapolvo, no se podría advertir la indumentaria que vestían y por
ende su procedencia económica ni social, viéndose todos iguales para los educadores
y entre ellos mismos.
Fundó centenares de escuelas,
siendo durante su gestión la mayor cantidad de escuelas abiertas por el estado
o por un gobierno, aún hoy en la actualidad, además, proveyó a éstas y a las ya
existentes con tres mil cargos titulares. En 1918 propuso una Ley Orgánica de
Educación Pública, que no fue aprobada por el Congreso, cabe destacar que aún
con el gran triunfo electoral obtenido por la Unión Cívica Radical, el partido no
había podido cambiar el mapa político del Senado donde se mantenía en franca
minoría, esto atrasaba y comprometía los proyectos que la Unión Cívica radical
llevaba a la deliberación del Congreso.
Pero lo más importante, tal vez,
durante su gestión vino de la mano de los estudiantes universitarios cordobeses
y la gran voluntad de Hipólito de Yrigoyen de democratizar las Universidades
Argentinas, y tiene que ver con esa gran gesta que llevaron adelante y
comenzaron aquellos estudiantes de la universidad de Córdoba como fue lo que se
conoció con el nombre de la Reforma Universitaria del 18’.
Hasta
la llegada del radicalismo al gobierno sólo los hijos del poder y aquellos que
pertenecían a la aristocracia accedían a las universidades, que eran un
instrumento esencial de control ideológico y garantizaban la continuidad del
sistema, educando, en los mismos valores de sus padres, a los futuros
dirigentes de un país al que consideraban una propiedad privada. En 1918 en la
Argentina existían solamente tres universidades nacionales: la de Córdoba,
fundada en 1613, la Buenos Aires, fundada en 1821 y la de La Plata, de 1890. La
matrícula de las tres juntas llegaba por aquel entonces a catorce mil alumnos.
La
llegada al poder del radicalismo alentó las esperanzas de la clase media de
acceder a una aspiración natural, el ascenso social de sus hijos por medio del
ejercicio de profesiones liberales. El sistema universitario vigente era
obsoleto y reaccionario. Los planes de estudio estaban décadas atrasados.
Frente
al reclamo de los estudiantes, el 2 de abril, el “democrático” Consejo Superior
decidió clausurar la universidad. El comité estudiantil redactó un memorial con
sus reclamos y se lo envió al ministro de Justicia e Instrucción Pública de la
Nación, José S. Salinas: “No sólo es el
régimen orgánico de los estudios superiores que precisa modificase: es urgente
la renovación del profesorado, en forma que asegure la competencia de los
docentes designados; es indispensable la reforma de los planes de estudio para
modernizar y mejorar la enseñanza, y queremos, por fin, los estudiantes, otra
organización disciplinaria, menos meticulosa, más sincera y más útil. Todo
ello, a nuestro juicio, si no es secundario, tiene como base la reforma de la
constitución universitaria, que, entregando hasta la fecha, a unos pocos el
gobierno de la casa, mediante las academias vitalicias, ha substraído la
universidad a las innovaciones que su propio progreso necesita”.
Una
delegación de estudiantes viajó a Buenos Aires y se entrevistó con el
presidente Yrigoyen, quien ordenó de inmediato la intervención de la Universidad,
nombró interventor al procurador general de la Nación, José Nicolás Matienzo. A
poco de llegar a Córdoba, el interventor comprobó la veracidad de las denuncias
de los estudiantes y presentó un proyecto de reformas al estatuto reconociendo
que “la actual inamovilidad de los cuerpos directivos de las facultades,
compuestos de miembros vitalicios que proveen de su propio seno los cargos de
rector, de decanos y de delegados al Consejo Superior, ha producido una
verdadera anquilosis al organismo universitario”.
Los estudiantes de las
universidades de Buenos Aires y Córdoba lanzaron la Reforma Universitaria, con
el objetivo de lograr la modernización, la gratuidad, el cogobierno estudiantil
y la autonomía universitaria. La permanente
movilización estudiantil dio sus frutos y el 7 de agosto, el medieval rector
Nores presentó su renuncia. Yrigoyen decidió enviar un nuevo interventor, el
ministro de Educación, José Salinas. El 26 de agosto la FUC (Federación
Universitaria de Córdoba) efectuó otro acto que reunió unas veinte mil personas
y tuvo un fuerte contenido anticlerical. La asamblea ratificó su confianza en
Yrigoyen y reclamó el inmediato envío de la intervención. Los ánimos seguían
caldeados y se decidió la toma de la universidad hasta tanto llegara la intervención
del ministro Salinas. El 9 de septiembre los estudiantes tomaron la
Universidad, y asumieron interinamente su conducción. Salinas llevó adelante
una prolija tarea de reorganización y reabrió el internado en el Hospital de
Clínicas que había sido cerrado por el rector depuesto. Las vacantes producidas
por los renunciantes docentes adeptos al viejo régimen, fueron cubiertas por
algunos reformistas como Deodoro Roca y Arturo Capdevila. Con el aval de la FUC
fue electo rector el doctor Eliseo Soaje.
El
movimiento universitario reformista renovó los programas de estudio, posibilitó
la apertura de la universidad a un mayor número de estudiantes, promovió la
participación de estos en la dirección de las universidades e impulsó un
acercamiento de las casas de estudios a los problemas del país. Implantó el cogobierno
de la Universidad por graduados, docentes y alumnos; la libertad de cátedra, la
autonomía y el concurso docente para cubrir los cargos. Proclamó al país y a
toda América Latina sus ideas de comunidad universitaria libre y abierta,
políticamente autónoma y aseguradora del carácter estatal de la enseñanza
universitaria.
Tumba de José Salinas
descubierta en total abandono
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El
gobierno de Yrigoyen apoyó decididamente la Reforma y colaboró para que se
extendiera por el país. El ministro Salinas propició la fundación de La
Universidad del Litoral, creada por Ley Nacional el 17 de octubre de 1919, y la de Tucumán, fundada en 1921, estas
Universidades, nacerán con el espíritu reformista. Los estatutos de la
Universidad del Litoral fueron consensuados entre graduados, docentes y
estudiantes, por eso fue llamada, con justicia, la Universidad de la Reforma.
Tras el final de su gestión
ministerial, Salinas regresó a Jujuy, donde ocupó algunos cargos públicos. Fue un
hombre que ininterrumpidamente bregó por la educación pública y de
calidad. Su figura merece ser recuperada del olvido, el anonimato y la
ignorancia, debe ser resaltada como un gran ejemplo de uno de los hombres que
contribuyeron en gran medida, con su capacidad intelectual, su ética y su moral
puesta al servicio desinteresado por el bien de la educación argentina y para
el crecimiento sostenido del país. Falleció en Buenos Aires en 1933.
Pablo Eduardo Vázquez
JOSE SANTOS SALINAS:
EN EL CENTENARIO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
12 DE AGOSTO DE 1921
La Universidad de Buenos Aires,
como las de Córdoba y La Plata, ha recibido el saludable influjo de las nuevas
ideas impuestas por el espíritu renovador argentino, de acuerda con las
exigencias y necesidades de la Nación en el orden de las instituciones de
enseñanza superior y con los adelantos de le civilización en las distintas
manifestaciones de la Vida. El régimen de gobierno, los métodos y
procedimientos docentes, las normas reguladoras de su organización y
desenvolvimiento, están fundamentados y orientados por ese principio renovador.
Ello es, por otra parte, propio de la nueva vida que vive la Nación, desde el
preciso instante en que dejo de ser gobernada para gobernarse a sí misma.
Podemos afirmar, sin
reticencias, que, en la hora presente, la Universidad argentina, despojada de
sus viejos moldes, sin círculos privilegiados, libre de prejuicios, ajeno a los
intereses creados, sin banderías ni egoísmos, llevando solamente en su seno
generoso, palpitante, el noble ideal de la ciencia, marchara rectamente,
difundiendo las virtudes de sus enseñanzas, hacia la consecución do sus
superiores destinos y con la posesión plena de sus atributos esenciales de
institución autónoma, educadora y democrática.
Además, la Universidad
Argentina, por virtud de la reforma realizada, ha adquirido su sello peculiar,
característico. Intervienen concurrentemente en su constitución las tres
entidades que forman el organismo universitario: las autoridades propiamente
tales, los profesores de todas las categorías y denominaciones, y los
estudiantes, alma y vida del Instituto. La acción conjunta y armónica de esos
factores, el peso y contrapeso de las opiniones, los esfuerzos colectivos, la
reciprocidad de anhelos, una más íntima y permanente vinculación, los mutuos
afectos, la responsabilidad solidaria, generaran sin duda alguna, los comunes
ideales, los patrióticos ideales de forjar una universidad genuinamente
argentina, grande y prestigiosa, identificada con la vida nacional, con su
desenvolvimiento político, institucional y social, con sus necesidades
económicas, industriales y comerciales.
La febril y apasionada
participación de la juventud en el noble afán reconstructivo de la reforma, que
alarma a los retardarios del progreso moral de la República no es
sino la realidad de la democracia universitaria, por ella misma consagrada,
como uno de los postulados fundamentales. Es que la quietud de antes que
significa la muerte, ha sido reemplazada, ahora, por el movimiento que es la
vida.
Mi nombre es Raúl Olivares, soy empleado de Casa de La Rioja y estamos averiguando donde fue enterrado José Santos Salinas para una gestión de traslado de sus restos a la provincia. Ud tendría alguna información para darnos? Nuestro mail es culturacasadelarioja@gmail.com o se puede comunicar a mi celular 1566754122.-
ResponderEliminarEsperamos su respuesta.
Saludos Cordiales!!
Raúl Olivares.-
Buenas tardes me enteré que están queriendo hacer un homenaje a mi bisabuelo con mi mamá estamos buscando cosas que él tenía.
EliminarNos gustaría se comuniquen con nosotros gracias.
mveronicarizzi@hotmail.com
Gracias
Saludos
Le ruego me disculpe!! Recien lo veo. Me comunico con Uds.
EliminarGracias!!
Saludos
Raúl Olivares.-
Hola , soy Ramiro el bisnieto de Jose Santos Salinas , me pueden buscar en facebook https://www.facebook.com/ramiro.salinas.92
Eliminarcon mi padre nos habiamos enterado del homenaje , cualquier cosita escribanme al facebook y los ayudamos en lo q este a nuestro alcance , saludos !
BUENAS TARDES ESTUVIMOS CON MI HIJA MARIA VERONICA RIZZI COMUNICANDONOS A ESTA PAGINA PARA DAR INFORMACION SOBRE JOSE SANTOS SALINAS, MI ABUELO MATERNO. MI NOMBRE ES MONICA JABOVITCH. JOSE SANTOS TUVO 5 HIJOS, UNO DE ELLOS MURIO DE MUERTE SUBITA CUANDO ERA BEBE. RAUL SALINAS, DARDO SALINAS Y NELDA MARIA SALINAS (MELLIZOS) Y JORGE SALINAS (TODOS FALLECIDOS). ESTOY EN CONTACTO CON PABLO FUENTES POLITOLOGO CON EL CUAL ESTAMOS INTERCAMBIANDO INFORMACION. MI CORREO ES mjabovit@jus.gov.ar y mjabovit0@gamil.com .
ResponderEliminarVIVA LA RIOJA... VIVA EL FEDERALISMO . BUENÍSIMO EL RECONOCIMIENTO Y DIFUSIÓN DE OTRO HOMBRE QUE HISO MUCHO POR NUESTRA PATRIA
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