Juan Carlos Belgrano Martínez,
nació en la ciudad de Pelotas, Río Grande Do Sul, Brasil el 11 de julio de 1848,
su padre era Juan Francisco Estanislao
Belgrano Cabral nacido el 8 de febrero
de 1811, su madre fue Carolina Martínez Nieto Albin quien había nacido en 1823
en Montevideo y falleció en Buenos Aires el 21 de enero de 1893. Se casó el 16
de diciembre de 1876 en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, en Buenos
Aires con Flora Gregoria Vega Belgrano, nacida el 9 de mayo de 1854 en Buenos
Aires quien luego falleciera el 2 de mayo de 1891, también en Buenos Aires,
tuvieron cuatro hijos: Manuel Belgrano Vega Belgrano, n. 19
Oct 1878, Buenos Aires, f. 11 Ago 1915, Buenos Aires; Adolfo Belgrano Vega Belgrano,
n. 18 May 1881, f. 19 May 1881; Néstor Belgrano Vega Belgrano, n. 1 Sep 1882,
París, Francia, f. 31 Ene 1952, Buenos Aires; y Mario Belgrano Vega Belgrano, n.
7 Abr 1884, París, Francia, f. 26 Oct 1947, Buenos Aires.
Luego
del fallecimiento de su esposa, años más tarde volvería a contraer matrimonio,
esta vez con María Ana Alicia Beaudette, con quien se casó en 1909 en Londres,
Inglaterra, y con quien tuvo una hija, Juana Carolina Belgrano
Baudette.
Era
nieto del teniente coronel José Gregorio Belgrano, hermano del general Manuel
Belgrano, lo que lo convertía en sobrino nieto del gran patriota. Sus padres
habían huido al Brasil durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas y regresaron
a Buenos Aires tras la batalla de Caseros.
Juan
Carlos, Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde se destacó como
poeta, publicando sus obras el diario de su amigo Juan Chassaing. También
tradujo obras del inglés y del francés para su publicación en los periódicos de
la época. Siguió cursando sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, donde
se doctoró en jurisprudencia en 1872, con una tesis sobre “el gobierno representativo y la soberanía
del pueblo”. Fue nombrado juez en lo civil en los tribunales de
Mercedes, que tenían jurisdicción sobre todo el centro y el oeste de la
provincia de Buenos Aires, y en 1875 fue nombrado juez del fuero civil en la
Capital.
Tras
un breve viaje a Europa fue elegido diputado provincial, en 1878, asumiendo
poco después la presidencia de esa cámara. Pertenecía al Partido Nacional,
dirigido por Bartolomé Mitre.
Con
el Nacimiento de la Unión Cívica, Juan Carlos, se enroló en las filas de este
nuevo partido como lo hicieron todos los mitristas. En 1890, la Unión Cívica , que era
claramente dirigida por Leandro Alem y Bartolomé Mitre, organizó una insurrección armada, la
"Revolución del
90", que sería recordada como la
revolución del Parque, que terminó derrotada pero llevó a la
renuncia del presidente Miguel Juárez Celman y su reemplazo por el vice Carlos Pellegrini. En este acontecimiento tan importante
que sería el puntapié inicial de un movimiento que iría creciendo día a día
hasta contribuir a cambios esenciales para nuestro país, Juan Carlos Belgrano
tuvo una comprometida y destacada participación más allá de la derrota revolucionaria.
Cabe
destacar que en tales eventos, Juan Carlos Belgrano, que hasta allí había
llevado su carrera política siguiendo a Mitre, se manifiesta en favor de Alem y
aquellos que pensaban que se debía finalizar con esta etapa de contubernio,
fraude y manejos espurios de los destinos del país para iniciar un nuevo camino
donde la política se reconciliara con la ética y la moral, es allí que
Belgrano sigue los lineamientos de Alem
siendo uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical. Una vez formados los
comités, fue nombrado vicepresidente del
Comité de la Provincia de Buenos Aires.
Ante
la evidencia del apoyo popular que tenía la UCR , una semana antes de las elecciones, el
2 de abril de 1892, el presidente Carlos Pellegrini denunció falsamente un
complot radical para tomar el poder y asesinar a los líderes oficialistas. Se
decretó el estado de sitio y se detuvo a los jefes radicales, entre ellos Alem. En esas condiciones represivas y sin la
participación de la UCR ,
las elecciones las ganó el candidato oficialista Luis Sáenz Peña. Estos acontecimientos bochornosos e
inescrupulosos dejarían en claro que el gobierno nacional impediría por todos
los medios su acceso al poder mediante elecciones, la UCR comenzó a preparar un
nuevo levantamiento armado. La
Revolución se desarrolló en dos partes, la primera,
estallaría en la Provincia de Buenos aires, liderada por Hipólito Yrigoyen y Aristóbulo del Valle, mientras que la segunda etapa comenzaba en Santa Fe
y allí vería acción Leandro Alem entre otros dirigentes de peso a nivel
Nacional.
El
28 de julio comenzó la revolución en San Luis dirigida por Teófilo Saa. Los
revolucionarios tomaron rápidamente todas las reparticiones oficiales y
obligaron al gobernador a renunciar instalándose Teófilo Saa como gobernador
provisorio.
El
30 de julio estalló la revolución en Santa Fe. Luego de varios días de luchas
sangrientas, finalmente derrotan al gobierno provincial y el 4 de agosto de
1893 asume el gobierno el radical Mariano Candioti.
Entre los líderes revolucionarios se encontraba Lisandro de la Torre, Leandro Alem llega a Rosario donde es aclamado por
las multitudes, pidiendo para la gran figura Radical la Presidencia de la
Nación. Por su parte, la revolución en la provincia de Buenos
Aires, dirigida por Hipólito Yrigoyen, estalló el 30 de julio, fue la mejor
organizada y la más poderosa, explotó en 82 ciudades al mismo tiempo. El
ejército radical llegó a contar con 8.000 hombres bien armados, bajo el mando
de Marcelo T. de Alvear. Juan Carlos Belgrano, tuvo una participación
importante en la organización de la revolución de 1893, acompañando a Hipólito
Yrigoyen a partir del estallido de la misma. Se instaló el cuartel central en
Temperley, donde el Comité de la
Provincia se reunió en asamblea permanente el 7 de agosto. Yrigoyen
envió el grueso de las tropas a La Plata, ciudad que fue ocupada el día 8; el
Comité eligió, por mayoría de los presentes, a Juan Carlos Belgrano para que
fuera el gobernador revolucionario de la provincia.
Juró
el cargo en la mañana del 9 de agosto; si bien efímero, fue el primer
gobernante que tuvo la Unión
Cívica Radical. Designó a Abel Pardo Ministro de Gobierno,
José de Apellaniz en Hacienda y a Marcelo T. de Alvear en Obras Públicas. En su
discurso de asunción afirmó:
“Mi programa es breve: hacer que
la constitución y leyes sean realidades palpables y tangibles. Vengo afiliado a
un partido político; declaro que con él gobernaré, y lo declaro así porque son
para mi radicales todos aquellos que anhelan comicios libres, pureza en el
manejo de los tesoros públicos y entienden que los empleos no son moneda para
pagar complacencias o complicidades. El nombre que llevo es tradición en la
tierra argentina. Ofrézcale como prenda de la sinceridad de mis palabras en
esta hora solemne de nuestra vida”.
Las
únicas medidas administrativas que alcanzó a tomar estuvieron orientadas a
reorganizar el Banco de la Provincia de Buenos Aires y el Banco Hipotecario de
Buenos Aires.
Hipólito
Yrigoyen liberó a Carlos Pellegrini, uno de los líderes clave del autonomismo
oficialista, que había sido apresado en Haedo por los revolucionarios. Una vez
liberado, Pellegrini se dirigió a la capital y reorganizó las fuerzas del
oficialismo. Ante la pasividad del presidente Luis Sáenz Peña, El 11 de agosto,
con Aristóbulo del Valle ausente de la casa de gobierno, Pellegrini y Roca aprovechan
astutamente los proyectos de intervención que aquel había mandado al Congreso,
para hacer aprobar la intervención de las provincias de Buenos Aires, San Luis
y Santa Fe, ahora en poder de gobiernos revolucionarios y envió tropas a
aplastar la revolución.
Cuando
el radicalismo se enteró de la intervención, la única alternativa era que
Aristóbulo del Valle diera un golpe de estado, desconociera la ley del Congreso
y marchara a Buenos Aires con el ejército radical. Alem y el grueso de los
dirigentes radicales se lo pidió encarecidamente, pero entonces predominaron
los principios legales de Aristóbulo del Valle y presentó su renuncia al
gabinete el 12 de agosto, siendo reemplazado por el roquista Manuel Quintana.
Cuando
las fuerzas al mando de Ramón L. Falcón iniciaron su ataque sobre Temperley,
éstas se rindieron por falta de apoyo en la capital del país. El 25 de agosto
el Comité Provincia de la
Unión Cívica Radical decidió entregar las armas. A pesar que
la revolución triunfó en varias provincias, entre ellas, San Luis y Mendoza, La
revolución había sido vencida. Tras la rendición de su ejército, Belgrano no
opuso resistencia y entregó el poder al interventor Eduardo Olivera; fue
arrestado, pero recuperó la libertad poco después.
Vencida
la revolución, Leandro Alem, preso en Rosario, le envió una carta a Belgrano: “Todas las presiones,
iniquidades y violencias del oficialismo, serán inútiles. Creo
firmemente que el Partido Popular está hecho y seguirá siempre firme y decidido
a pesar de otros sacudimientos. No habrá fuerza humana que lo destruya… Es una
vida nueva, un espíritu nuevo que surge, un soplo poderoso de las exigencias,
un deseo en nuestra existencia político-social que necesariamente y fatalmente
tiene que imponerse día más o día menos para la salvación de la Patria ”.
Leandro Alem, preso en Rosario dirigida a Juan
Carlos Belgrano, 12 de octubre de 1893.
Fuente:
Gabriel Del Mazo “El
radicalismo: ensayo sobre su historia y doctrina”. Ediciones Suquía, Córdoba,
mayo de 1984.
Juan
Carlos Belgrano, más tarde sería elegido diputado en 1894, aunque renunció a
asumir su banca. Poco después se trasladó a Europa, residiendo el resto de su
vida en París. En 1901 fue nombrado representante por su país a un congreso de
representantes reunido en Bruselas.
Falleció
en París el 12 de junio de 1911, sus restos descansan desde el 20 de julio de
1911 en el Cementerio de la recoleta.
Pablo Eduardo Vázquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario