Su
nombre completo, Eleodoro de San Pedro Nolasco Fierro nació el 4 de
julio de 1840 en Córdoba, sus padres fueron Don Manuel Fierro y Doña
Rosa Montenegro, quienes tuvieron siete hijos. Eran poderosos
hacendados del norte de la provincia que poseían grandes extensiones
de campo en San Francisco del Chañar. Su padre fallece cuando
Eleodoro era apenas un niño, a partir del fallecimiento de su padre,
la familia deja la estancia del norte y se radica en la capital
cordobesa. Debido a la falta de la figura paterna, su tío sacerdote
comienza a influir en Eleodoro, quien años más tarde ingresa en la
Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, lugar reservado
para los hijos de las familias ricas que desearan seguir con los
estudios sacerdotales.
En
1866 Fierro es nombrado cura de la iglesia de San Francisco del
Chañar, volviendo de esta forma al paraje que lo vio nacer y donde
había vivido gran parte de su infancia. Conocía de esta forma la
cruda realidad de la zona donde se propagaba la miseria, la pobreza,
la falta de educación y postergación de sus habitantes.
En
el medio de esta difícil realidad de la zona se suma que la
provincia es azotada por una terrible epidemia de cólera que en dos
meses había matado a más de siete mil personas. Allí es donde el
padre Fierro se inicia con la labor que iba desde atender enfermos,
darles los últimos auxilios espirituales a los moribundos, cavar
fosas y sepultar cadáveres, mientras que desde el púlpito instaba a
los feligreses a ayudar a los hermanos enfermos. Toda esta situación
sumada a su preocupación y compromiso constante por defender los
derechos de los pobladores más postergados lo llevaría a ser un
hombre muy querido y admirado entre la paisanada, lo sentían como
uno más de ellos ya que era común encontrar al sacerdote
mezclándose entre los pobladores compartiendo sus quehaceres y
entretenimientos.
En
1871 iniciará su carrera política, ya que los vecinos de San
Francisco del Chañar lo eligen presidente de la corporación
municipal, un cargo semejante al de intendente, allí, iniciará una
obra de fuerte carácter social que brindará profundos cambios para
mejorar la calidad de vida de los habitantes. Para esa noble tarea
cuenta con el apoyo absoluto del pueblo, pero no así del caudillo
político del departamento que ve en la figura de Fierro a un
revolucionario que puede opacar su poder. Inmediatamente el jefe
político inicia una campaña en su contra argumentando que el cura
dedicaba más tiempo a hacer politiquería que a atender las demandas
espirituales de la población. Poco después la cúpula de la iglesia
le pide la renuncia inmediata al cargo político que ocupa, cosa que
cumple en contra de su voluntad aunque permanece al frente de la
parroquia durante seis años más.
Más
tarde, en 1873 prosiguió con sus confrontaciones tanto con el poder
político como con el eclesiástico a raíz de su apoyó a las
incursiones armadas de los opositores de Taboada e Ibarra, quienes
gobernaban despóticamente la provincia de Santiago del Estero. Un
año después, en 1874 es elegido elector para gobernador y vice de
la provincia por el departamento Sobremonte.
En
los inicios de su carrera política, pertenecía al Partido
Autonomista, quienes representaban el sentido federal y opositor al
Partido Liberal Nacionalista. También, sus virtudes políticas las
llevó adelante desarrollándose como periodista donde publicaba sus
posiciones políticas en varias publicaciones entre ellas el diario
El Sol de Mayo, el semanario La Carcajada y otros diarios donde
resaltaba su posición de oposición al régimen conservador. También
a través de sus divulgaciones, se vio envuelto en una dura disputa
dialéctica con la iglesia a la que él pertenecía. A través de las
páginas de distintas publicaciones el cura opinaba sobre las
relaciones entre Estado y el clero. La iglesia le inicia un proceso
que desemboca en la suspensión de Fierro como Sacerdote, más tarde
la iglesia se ve obligada a levantar la suspensión y es nombrado
canónigo de la iglesia catedral de Córdoba producto de las presión
ejercida y de la gran defensa de su accionar que se produce por parte
del pueblo.
Su
perfil lo muestra con una personalidad arrolladora, incansable
luchador de la causa de los más desvalidos y defensor de la libertad
y la igualdad. Fue sacerdote, periodista y orador, a sus dotes
intelectuales los amalgamaba con su infatigable persistencia en los
principios que defendía. Político apasionado, fue un personaje
polémico que con su actitud en defensa de la verdad, la moral y la
ética, se ganó muchos enemigos tanto en la política como en los
ámbitos eclesiásticos. Fierro estaba convencido que había que
cambiar la manera de gobernar y si para ello debía usarse la fuerza,
estaba dispuesto a ejercerla.
Se
desenvolvió en el ámbito académico, primero como Profesor de
castellano en el Colegio Nacional de Monserrat, por designación en
1881 del entonces Rector doctor Filemón Posse, y luego como profesor
de Teología Dogmática y Teología Moral en la Facultad de Ciencias
Sagradas de la Universidad Nacional de Córdoba, por designación del
Rector don Alejo Carmen Guzmán.
Fierro
se había convertido en el principal opositor de los Juárez que,
según su interpretación, coartaba los derechos y libertades
públicas. El descontento popular crecía y la autoridad del
gobernador Gavier se sostenía sólo por la represión que ejercía
la policía a las órdenes de Marcos Juárez, éste había creado un
grupo parapolicial llamado "La Cadena" formado por
marginales que golpeaban a opositores, quemaban imprentas e impedían
todo tipo de reuniones políticas contrarias al gobierno. En las
elecciones, el P.A.N postuló la fórmula Marcos Juárez - Eleazar
Garzón, que triunfa en comicios fraudulentos. La grave crisis
económica que vivía la Nación, los negociados y la impunidad del
gobierno de los Juárez estaban en su máxima expresión.
En
1889 se constituye en Buenos Aires la Unión Cívica integrada por
hombres que provenían de distintas corrientes políticas, Eleodoro
Fierro que era un ferviente admirador de Leandro Alem y con quien
mantenía un trato frecuente, no se mantendría al margen del
nacimiento de esta corriente de la que lo vio participe desde su
nacimiento. El 26 de junio de 1890 se produce la Revolución del
Parque que provoca la caída de Juárez Celman, pero el régimen
sigue intacto a través de Carlos Pellegrini. En Córdoba los sucesos
desembocaron el 15 de mayo en la formación de la Unión Cívica,
presidida por Juan Garro y el fundador de Almafuerte, Pedro C. Molina
como vicepresidente, en todos estos eventos el cura Eleodoro Fierro
participará desde un primer momento con activa participación en el
movimiento revolucionario del 21 de mayo de 1891 que estalló en
Córdoba para derrocar al gobernador Eleazar Garzón. Este alzamiento
armado fue dirigido en su gran mayoría por dirigentes políticos,
como Juan M. Garro candidato luego a la Vicepresidencia de la Nación
por la Unión Cívica Radical, Pedro C. Molina, Abraham Molina,
Manuel Vidal Peña, y el presbítero Eleodoro Fierro entre otros,
todos ellos, dirigidos por el ex comandante Bello a quien lo
secundaban los capitanes Espinosa, Estrada, Balcarce y el subteniente
Tornquist. Tras la derrota, comienzan los arrestos y las
persecuciones a los opositores. Además, por primera vez los
“cívicos”, bajo el santo y seña “Córdoba por Alem”,
utilizaron escarapelas y banderines con la divisa blanca y punzó.
Eleodoro
Fierro, integró el grupo de fundadores del Partido desde un
principio. Participó en la dirección de la revolución radical de
Córdoba de setiembre de 1891. Específicamente en Córdoba,
resolvieron así constituir una liga política que se denominaría
Unión Cívica Radical, El objetivo era concentrar a todos los
sectores políticos y sociales que adscribieran a los principios
fundacionales proclamados por la Unión Cívica de la Capital
Federal, entre ellos los de ofrendar su vida en pos de la lucha por
la igualdad y la libertad. Una vez tranquilizados los ánimos
y liberados los detenidos, el cura Fierro preside la asamblea del 5
de agosto de 1891, se creaba en esta ciudad la primera liga secreta
de carácter político, por inspiración del presbítero Eleodoro
Fierro, quien abrazó, desde sus comienzos, la causa popular de
Leandro Alem y de los Cívicos que pretendían desterrar el poder
fraudulento del contubernio conservador en la Argentina.
En
esa época luchaban contra la corrupción del régimen imperante,
durante el gobierno de Eleazar Garzón, reemplazante de Marcos
Juárez, en esta provincia. La lucha, en el orden nacional, era
contra el presidente Carlos Pellegrini, quien había reemplazado al
renunciante Miguel Juárez Celman, con motivo de la revolución de
1890. Este sacerdote, en la época en que la Santa Sede aún permitía
la participación ostensible del clero en confrontaciones
partidarias, fue, por sobre todas las cosas, un luchador incansable
contra las injusticias sociales y políticas de aquel entonces.
Roca
que seguía manejando la política nacional, le ofrece a Bartolomé
Mitre, quien era uno de los miembros más conspicuos de la novel
Unión Cívica, la candidatura a presidente de la Nación, con el fin
de disgregar y detener el crecimiento de esta nueva formación
política que clamaba por vientos de cambio en la Nación. En
Córdoba, el 2 de julio de 1891, la Unión Cívica rechaza el
“acuerdo” entre Mitre y Roca, que significaba consolidar el poder
fraudulento, aprobando, la posición intransigente del Comité
Nacional. Alem, Fierro y Molina repudian el acuerdo Roca-Mitre y
producida la división nace así la Unión Cívica Radical.
Luego
de la revolución, la Unión Cívica se recompone, cierra sus filas y
se estructura orgánicamente. Promueve una organización interna
partidaria que será innovadora para la política argentina tomando
el esquema sobre la base de la organización de los partidos
políticos de los Estados Unidos de Norteamérica, de esta forma se
abren comités en todos los distritos y provincias. Fue Hipólito
Yrigoyen quien propuso la idea de una Convención para elegir la
fórmula presidencial en Rosario, sobre la base de delegados
popularmente elegidos de la Capital y de las provincias en número
igual al de su representación en el Congreso Nacional, sosteniendo y
promoviendo de esta manera, el sentido republicano y federal que se
pretendía desde la Unión Cívica Radical para la Nación. Por otra
parte, en Córdoba, Por primera vez en el país se usaba la expresión
“Unión Cívica Radical” en un documento oficial constitutivo. El
14 de agosto, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, la primera
Convención de Delegados Radicales mantuvo la denominación original
de Unión Cívica, para la constitución del comité de la provincia
de Buenos Aires y es recién al año siguiente, el 17 de noviembre de
1892 con la sanción de su Carta Orgánica, que la Convención
Nacional establece oficialmente el nombre de Unión Cívica Radical.
En esta fotografía puede verse a Eleodoro Fierro de pié a la izquierda, fue tomada en Córdoba |
Luego
de los acontecimientos revolucionarios, el partido prácticamente
permanece inactivo hasta 1904, cuando se reúne el comité nacional
de la UCR que presidía Pedro C. Molina; Córdoba es representada por
el propio Molina y Eleodoro Fierro. Luego de esta reunión comienza a
planearse la revolución de 1905, que estalla el 4 de febrero y
fracasa, debiendo exiliarse sus cabecillas en Uruguay y Chile. Luego
de este suceso Molina inicia la reorganización del partido creando
comités departamentales, entre ellos el de El Salto, hoy Almafuerte,
el 19 de abril de 1908, presidido por Abel Ortiz Molina.
En
lo que atañe al fundador, Eleodoro Fierro, es llamado nuevamente
para presidir la Junta de Gobierno de la Unión Cívica Radical en
esta provincia en 1907, de dicha Junta formaron parte también,
Elpidio González, Abraham Molina, Wenceslao Carranza y Diógenes
Hernández. También se destaca la participación de Ignacio Amenábar
Peralta, de Manuel Ordóñez, entre otros. Durante dos años, Fierro
se dedicó intensamente a la organización del radicalismo en la
provincia de Córdoba. Nunca dejó de lado la convicción de que la
abstención revolucionaria y la lucha armada eran los únicos caminos
posibles para llegar en Argentina al pleno ejercicio de la justicia
social y de las libertades públicas, en especial, la libertad del
sufragio tantas veces profanada por el régimen imperante.
En
junio de 1909, tras ser reelegido al frente del comité central,
Molina renuncia contrariado por la manera en que los dirigentes
porteños deciden el futuro del partido; se retira de la vida
política dedicándose a la administración de sus campos y a planear
la fundación de Almafuerte, quedando una vez más al frente del
partido su viejo aliado, el cura Fierro.
Fierro,
fue miembro de la Convención Nacional y en 1906 era presidente del
Comité Provincial, año en que dispuso y realizó una amplia campaña
de reorganización. En abril de 1910, emprende un viaje a Europa
acompañando a su sobrina Rosa, que había ganado una beca para
perfeccionarse en piano con los mejores maestros de Italia. Su salud
estaba resentida, el 8 de agosto de 1911, Eleodoro Fierro muere a los
71 años de edad. Sus restos descansan actualmente en el osario del
cementerio de Turín.
Pablo
Eduardo Vázquez
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