Mariano Nicanor Candioti
Quintana, nació en Santa Fe el 5 de junio de 1857, sus padres eran: Laurentino
del Corazón de Jesús Candioti Frutos quien había nacido el 3 de junio de 1818 en Santa fe y falleció el 6 de
mayo de 1893 y María Tomasa Quintana Frías quien nació el 6 de marzo de 1825
también en Santa fe.
Sus hermanos eran Ramón
de la Cruz Silvano (1846-1878); José Desiderio de los Dolores, (1847);
Laurentino Zacarías del Carmen (1849); Tomasa de los Dolores (1851); Francisco
Epifanio del Rosario (1853); Isidoro Micolás, (1854-1855); Irene Vicenta (1855-1855); Dionisia del
Carmen (1856); Tomás Máximo (1858-1859); Tomasa Dorotea (1860) y Filadelfo de
la Trinidad (1861).
Se
casó el 10 de abril de 1886 con Amalia Fournier Pompidou y tuvieron un hijo:
Alberto M. Candioti Fournier en 1888.
Nieto
paterno de Nicolás Candioti y Micaela Manuela Frutos, padre del embajador
Alberto María Candioti. A juzgar por la ausencia de datos que se poseen, y en
opinión de algunos investigadores, es muy probable que Nicolás Candioti fuera
hijo natural de Francisco Antonio Candioti o de un hermano cura. De ahí la
desvinculación de Mariano Candioti con la oligarquía santafesina procedente del
clan de los Rodríguez del Fresno. Sin embargo, su vinculación con la oligarquía
santafesina procedía por su madre, Tomasa Quintana, prima hermana de Toribio
Gálvez y Quintana, y por tanto tía segunda del Gobernador José Gálvez Siburu.
Participó
en la fundación del pueblo de Santo Tomé, Una Comisión propiciaba la fundación
y estaba integrada por: el Pbro. Dr. Manuel M. Zavalla como presidente, el
Cnel. Hilario Zabroso como secretario, Antonio Frutos, como tesorero; Robinson
Sánchez, Félix Frutos, Silvestre Frutos y Mariano Candioti como vocales. Esta
comisión, el 14 de setiembre de 1871 se dirige al Gobernador Provincial
solicitando las medidas para ser reconocido como Pueblo.
Con
el nacimiento de la Unión Cívica y luego la Unión Cívica Radical, Mariano
Candioti se enrolo rápidamente en las filas del novel partido que surgía al
clamor de la apertura democrática, los
comicios libres y la participación popular en la cosa pública. Caracterizado
por ser un gran luchador, Candioti siempre estuvo dispuesto a la hora de las
distintas revoluciones radicales, método que él mismo creía como él único
posible para desterrar el contubernio y la oligarquía gobernante. De tal forma
tuvo gran participación en las mencionadas revoluciones.
En
1892, El presidente del país era Luis
Sáenz Peña, había asumido en octubre de 1892 después de un proceso electoral
fraudulento, para algunos el más escandaloso en un tiempo de fraudes
frecuentes. Sáenz Peña era el presidente, pero quienes manejaban los hilos del
poder detrás del trono eran Julio Roca y Carlos Pellegrini. En 1893,
Alem es la figura que nuclea una fuerza temible, exige moral republicana y
condena la política de acuerdos con el Gobierno Nacional.
La UCR se fortalece alberga en
su seno las demandas y las necesidades históricas de toda una sociedad. A esto
se debió en gran medida la fortaleza y el rápido crecimiento de la UCR en sus
orígenes.
El
radicalismo allá por 1893, ya convergía en una serie de acciones políticas con
importantes sectores sociales de nuestro país, en este caso con los colonos
santafesinos que reclamaban tanto derechos políticos como así también mejoras
laborales, al ser estos reducidos por el gobierno y la oligarquía, al simple
papel de braceros. Los conflictos no tardaron en aparecer, y el radicalismo
mostró rápidos reflejos al incorporar las demandas de los inmigrantes. Los
hechos ocurridos en Santa Fe son muy significativos dado que se inscriben en la
lucha por la democratización política.
Era evidente la crisis en el
gobierno nacional día a día crecían las especulaciones financieras y oscilaban
las cotizaciones en la Bolsa; se aceleraba el proceso inflacionario y con la
pérdida del poder adquisitivo aumentaban las protestas de los trabajadores. Un
severo ajuste que afectaba a las clases populares y a amplios segmentos de las
clases medias y altas, generó un clima turbulento, en especial en la provincia
de Santa Fe.
En
aquella provincia, las dificultades económicas y financieras eran cuantiosas y
generaban un clima perturbador en la sociedad. A pesar de las restricciones
presupuestarias, fue necesario generar nuevos impuestos, con las inmediatas
reacciones de los sectores agrícolas que se manifestaron principalmente en las
localidades de Humboldt y San Jorge, iniciándose así las primeras
insurrecciones en febrero de 1893.
Se
conformó la Unión Agraria con la intención de organizar la lucha y la articulación
entre las distintas colonias; el gobierno provincial cederá a algunas demandas
a los fines de apaciguar este movimiento, este se sofoca solo por unos meses.
La unión Agraria se consolida y al frente de ella se encuentra un dirigente
radical, Atanasio Paez.
Rifleros Suizos |
Candioti
es un infatigable animador de los intentos revolucionarios de los radicales de
Santa Fe. En Rafaela, es tomada la Jefatura de Policía, en ese momento, era
Jefe de Policía el Sr. José María Aragón el que es reemplazado por don Federico
Maurer (líder de la revolución) y hermano de Lamberto Maurer, los
revolucionarios entre los que se contaban los Sres. Demetrio Iturraspe,
Federico Maurer, Angel Román, Angel S. Caballero, Alfredo Fava (director del
Diario "El Liberal"), Pedro Cardetti, Roque Mendoza (que era
procurador), Vicente Rescoy (Escribano Público), Carlos Pudicomb, Hugo Wagner
(miembro de la Comisión de Fomento), César Gauchat, José y Julio Bretón,
Vicente Vianco, Francisco J. Barco y otros, tomaron la Jefatura de Policía,
también participaron de la toma de otros establecimientos, Francisco J. Barco
(que en ese entonces era Gerente del Molino de Bruhl y Silva, después Molino
Frossi).
Mientras tanto, en Rosario, el
29 de julio de 1893 se produjo la primera rebelión de los militantes radicales contra el gobernador Juan M. Cafferata, organizada por
Leandro Alem, Lisandro de la Torre, Agustín Landó y Fermín Lejarza, entre
otros.
Algunos hasta entonces eran integrantes del autonomismo; otros del Partido Liberal que lideraba Nicasio
Oroño, resultando evidente la presencia de caudillos rurales que eran apoyados por algunos colonizadores
extranjeros. Aristóbulo del Valle los apoyaba desde el ministerio del Interior.
Los conspiradores
decidieron atacar la Jefatura de Policía y durante dos días resistieron
los leales al gobierno, que
estaban a las órdenes del jefe Manuel Cilvetti; se registraron 104 muertos y
268 heridos. Entre los sublevados estaba el
Coronel José Urbano Fernández. Vencida la resistencia en
Rosario, los radicales mediante
una confabulación lograron
detener en Baradero al ministro santafesino Luciano Leiva, quien regresaba de
Buenos Aires en tren para conducir la defensa
en el territorio provincial.
Los conspiradores de Rosario
estuvieron apoyados por fuerzas de Cañada de Gómez, San Lorenzo y Melincué,
aproximadamente cinco mil voluntarios
cívicos lucharon hasta el 30 de
ese mes, instalándose allí Leandro Alem.
Después de derrocar a las autoridades
locales, en Esperanza se constituyó la junta
radical integrada por Martín Rodríguez Galisteo, Mariano Candioti,
Carlos F. Gómez, Demetrio Iturraspe y Manuel M. Cervera, entre otros. Esa
“Junta Revolucionaria del Norte” era apoyada por los colonos suizos que habían
fundado la colonia de la Esperanza y
que estaban armados porque así se los autorizó al acordar la inmigración y
acompañaron a “los radicales” en la marcha hacia la capital santafesina.
En
Rosario el movimiento fue dirigido por Lisandro de la Torre. Lisandro y sus
hombres armados con bombas y fusiles aportados por oficiales radicales de
Zárate, tomaron la Jefatura de Policía y lograron que la ciudad cayera en manos
de los rebeldes. La rebelión se extendió a Santa Fe, donde el lugarteniente de
De la Torre, Mariano Candioti, al frente de unos 300 hombres tomó los
principales edificios del gobierno provincial expulsando a tiros a los
roquistas.
Los grandes dirigentes de la
jornada fueron Lisandro de la Torre, en Rosario, y Mariano Candioti en Santa
Fe. Criollos e inmigrantes, colonos en armas y paisanos avanzaban sobre las
ciudades. Como consecuencia de la movilización, el gobernador Juan M. Cafferata
renuncia, asume José Elías por ser el Vicegobernador. El 31 de Julio
Elías no puede retener el avance revolucionario y entrega el poder a una junta
integrada por Mariano Comas (Presidente del Senado) y Bernardo e Ignacio Crespo
(políticos de la oposición). El 3 de
agosto de 1893, el vicegobernador José Gollán rinde la ciudad de Santa Fe y
presenta su renuncia. La revolución radical había triunfado.
Candioti se hizo cargo del poder
como gobernador de la provincia. Una frase suya expresa el ideario de los
revolucionarios: “Marcharemos para reclamar por nuestros derechos con la
Constitución en la mano y el revólver en el cinto”.
En su gobierno, llamado de los veintiún días, porque
ése es el tiempo que duró, lo secundaron Agustín Landó como vicegobernador,
Fermín Joaquín Lejarza como Ministro de Hacienda, Rodríguez Galisteo,
ministro de Gobierno, Lisandro de la
Torre en el Ministerio de Justicia, Instrucción Pública y Agricultura y el doctor Manuel Cervera como secretario. El 24 de agosto de 1893, el
gobierno de los 21 días llegó a su fin ante la rendición de las fuerzas
radicales y la intervención Nacional y la provincia quedó, nuevamente, bajo
la hegemonía de Luciano Leiva. Los radicales se exiliaron y continuaron
insurreccionándose en todo el país.
El 7 de septiembre de 1893,
Mariano Candioti y el radicalismo santafesino, a través del doctor Joaquín
Cullen presentó una demanda declarando inconstitucional la Intervención federal
que se había impuesto sobre su gobierno, amparándose
en el artículo 81 de la Constitución Nacional: Art. 81.- Ningún proyecto de ley
desechado totalmente por una de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de
aquél año. (El proyecto había sido desaprobado por la Cámara de Diputados y
vuelto a tratar y aprobado días después). La objeción hecha por el Dr. Cullen
se refiere a la forma en que fue llevada a cabo la intervención, ya que viola
un artículo de la Constitución. El Dr. Cullen al solicitar el accionar de la
Corte Suprema no se refería al fondo de la ley misma, sino a la
inconstitucionalidad de dicha ley. Además, reconoce en el Congreso la facultad
de sancionar leyes de intervención.
La segunda insurrección encabezada por Alem estaba
deficientemente organizada y carecía de plan. El 7 de septiembre el comandante
radical Bello sublevó sus tropas en Tucumán e impuso un gobierno revolucionario
al mando de Eugenio Méndez. El gobierno nacional decidió responder con firmeza
y envió un poderoso ejército al mando de Carlos Pellegrini que obtuvo la
rendición de los revolucionarios el 25 de septiembre.
Buque ARA Los Andes |
El 24 de septiembre Mariano Candioti con un ejército
cívico-militar volvió a levantarse en armas en la Ciudad de Santa Fe y luego de
dos días de combate fueron derrotados. Ese mismo día Alem llegó a Rosario
escondido en un buque de carga. La población lo recibió como un héroe y fue
proclamado presidente de la Nación en una gran asamblea popular. Inmediatamente
se organizó un ejército popular de 6.000 hombres, aunque escaso de armas. En el
puerto de Rosario, el buque "ARA Los Andes" de la Armada, al mando
del teniente de fragata Gerardo Valotta se plegó a la revolución y participó en
el Combate naval de “el Espinillo” donde se enfrentó al Capitán Manuel García
Mansilla, lo mismo hizo la torpedera Murature en el Tigre, que fue destruida
por las tropas leales al gobierno.
Vencida la revolución en todo el país, las tropas del
gobierno nacional, al mando del general Roca se concentraron sobre Rosario. El
buque revolucionario Los Andes, al mando del teniente de fragata Gerardo
Valotta, salió a enfrentar los buques que traían el ejército leal por el río
Paraná; en el combate naval fue vencido por el acorazado Independencia y la
cañonera Espora.
La situación de Leandro Alem se
volvió desesperada. Roca amenazó con bombardear la ciudad si los
revolucionarios no se rendían. Haciendo gala de su intransigencia, Alem decidió
inicialmente resistir a todo trance, pero las mujeres y las comisiones de
vecinos le piden que salve a la Ciudad. Alem decidió entonces no combatir y
permitir que las tropas del gobierno reconquisten Rosario. El 1 de octubre Alem
fue capturado y encerrado con cientos de revolucionarios, permanecerá preso
durante 6 meses. Candioti y otros tantos líderes revolucionarios deberán
exiliarse y o sufrir la prisión.
Aunque la revolución terminó
siendo derrotada en todo el país, el radicalismo logró su objetivo de
consolidarse como una fuerza joven de alcance nacional capaz de receptar las
necesidades históricas de la sociedad de la que era parte. El vínculo entre el
inmigrante y el nativo quedará sellado a fuego y se expresará desde ese momento
en la Unión Cívica Radical.
Poco o nada se sabe de Candioti
posterior a la revolución pero podemos afirmar que llevo adelante los
principios ideológicos de la Unión Cívica Radical con gran firmeza y convicción
en pos de un futuro mejor por la patria y la República a fin de desterrar el
germen de la oligarquía que gobernaba en un contubernio fraudulento a espaldas
del pueblo.
Su
vida se pagará finalmente en el olvido de la historia, y que hoy tratamos de
rescatar, el 2 de agosto de 1912.
Pablo Eduardo Vázquez
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