viernes, 26 de agosto de 2016

Manuel Joaquín Menchaca el 1° Gobernador Radical


                Manuel Menchaca nació en San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires, el 3 de setiembre de 1876. Nació y vivió durante 17 años en la histórica casilla de Madera de San Nicolás, esa casilla, es la muy conocida y antigua construcción de maderas y chapas, existente aún en el nacimiento de la calle León Guruciaga, a pocos pasos del río. Fue casa de comercio, en su planta baja, y en ella residió la familia Menchaca, constituye una de las últimas viviendas originales de la zona.

                Obtuvo su título de maestro primario en la Escuela Normal en el año 1893 y al poco tiempo partió hacia Entre Ríos para iniciar los estudios para el profesorado en la Escuela Normal de Paraná de la que se graduó en 1895, allí, se familiarizó con las nuevas corrientes pedagógicas y el ideario positivista que había tenido fuerte arraigo entre los jóvenes de la generación del 80’. Concluidos sus estudios de profesor, se traslada a Córdoba y varios años después consigue su título de Farmacéutico (1898) y más tarde en 1901, el de Médico cirujano en la misma Universidad.

Casilla Menchaca
                Siendo médico se radicó en la ciudad de Santa Fe para ejercer su profesión. Obtuvo empleo en distintos hospitales, entre ellos,  en el viejo Hospital de Caridad, compartiendo tareas con médicos santafesinos de la talla de José María Cullen, Miguel Parpal, Rodolfo Candioti, Francisco Sañudo, Francisco Eguiazú y Domingo Pujato, entre otros. Allí, mostró gran compromiso y solidaridad con la sociedad en la que actuaba, como así también con la provincia que lo adoptó, trabajó durante la inundación de 1905 y en los rebrotes de peste bubónica que asolaron la ciudad en los primeros años del siglo XX, dando gran aporte desde su capacidad como médico.

                En 1904 fue el principal promotor de la creación del Colegio Nacional de Santa Fe, y de las escuelas taller. También ese año es designado Presidente del Consejo  de Higiene de la provincia, cargo que ostentó hasta 1910. En esa época pone todo su empeño en importantes iniciativas, destacándose la creación del Colegio Nacional en 1906 y la construcción de la Escuela de Comercio de la Nación, la creación de la Facultad de Farmacia y Obstetricia de la Universidad Provincial de la que fue elegido primer decano en 1910 y la creación del Museo Escolar Florentino Ameghino en 1914 (actual Museo Provincial de Ciencias Naturales).

                Menchaca estaba vinculado con los clubes sociales y las familias patricias. Sus inicios en la política se dieron en el seno del régimen conservador, orientado por su familia que participaba de estos sectores, más tarde tomará la causa radical como propia abrazando los principios de la Unión Cívica Radical a finales del siglo XIX, después de la Revolución Radical de 1905 se alejará de la política y de la Unión Cívica Radical para retomar con fuerza su labor militante nuevamente en 1911, allí decide luchar desde la política para llevar a cabo sus ideales, así es que se reintegra al radicalismo que había abrazado ya al terminar el siglo. En poco tiempo es elegido Secretario de la junta ejecutiva de la Unión Cívica Radical que estaba integrada por Ignacio Iturraspe, Ricardo Núñez, Rodolfo Lehmann y Domingo Frugoni Zabala.
                Promulgada la Ley Sáenz Peña, el propio Menchaca, acompañado por Ricardo Núñez y José Chiosa convencen a Hipólito Yrigoyen para que los autorice a levantar la  abstención de su partido y presentarse en los comicios de marzo de 1912. Hipólito era reticente a levantar el abstencionismo porque pensaba que aún con la ley Saenz Peña, el fraude y la persecución a dirigentes políticos iba a seguir imperando en los actos eleccionarios y la política Argentina, y que la única forma de conseguir la verdadera apertura democrática era seguir con la vía revolucionaria, pero de algún modo, las elecciones para gobernador en Santa Fe de 1912 servirían para la Unión Cívica Radical de prueba piloto de hasta donde esta nueva ley podía garantizar comicios transparentes.

                Luego de varias discusiones y negociaciones en el seno interno de la U.C.R., surge la fórmula Manuel Menchaca Gobernador, Ricardo Caballero Vicegobernador. La fórmula radical era bastante disímil y buscaría complementarse, como dijimos, Menchaca provenía de sectores conservadores, pero además, era hombre de lucha, descollaban en su personalidad dos condiciones prevalentes: la franqueza y el carácter, mientras que Caballero exhibía un pasado izquierdista. Había militado en agrupaciones anarquistas y socialistas. Caballero se transformará en aquellos años en uno de los caudillos radicales más importantes de la provincia. Teniendo gran participación en la revolución de 1893 y en la de 1905.

                La tarea no sería fácil, tenían que enfrentar a importantes figuras de la política santafesina, con larga trayectoria. Por la Liga del Sur se proclamaba como candidato a Lisandro de la Torre. El Dr. Estanislao López era apoyado por el Partido Constitucionalista, e integrando la fórmula de la llamada Coalición Conservadora, Marcial Candioti y Alberto Paz.

                Una semana antes de los comicios llega a Santa Fe Hipólito Yrigoyen, para apoyar la fórmula de su partido y el 31 de marzo asiste al triunfo de la fórmula Menchaca-Caballero, convirtiéndose así en la primera victoria electoral del radicalismo en el país.

                Menchaca, el 9 de mayo de 1912 asume el cargo de gobernador, designó a Antonio Herrera, ministro de Gobierno, Justicia y Culto; al Dr. Manuel Francioni en Hacienda y Obras Públicas y al Dr. Enrique M. Mosca en Instrucción Pública y Agricultura. Ha pasado a la historia argentina por ser el primer gobernador electo en elecciones libres por el voto secreto establecido por la Ley Sáenz Peña de 1912. Ese mismo año de 1912, la fórmula radical Menchaca gobernador, Ricardo Caballero Vicegobernador, se impuso por 25.000 votos contra 17.000 de Lisandro de la Torre. Gobernó desde el 9 de mayo de 1912 hasta el 9 de mayo de 1916.

                En su mensaje ante la Asamblea Legislativa manifestó la importancia de reformar la constitución provincial a pesar de que tenía apenas doce años de vigencia, considerando que en la provincia se habían producido transformaciones sociales y económicas que exigían su actualización para favorecer el desarrollo en todos los departamentos. Consideró una prioridad revisar el sistema electoral porque a partir de 1856 se había incrementado considerablemente la población con inmigrantes, quienes al ser contribuyentes también tenían derecho a elegir las autoridades -al menos en las comunas y municipios-, lográndose la sanción de la ley Nº 1780 que reconoció tales derechos al establecer la creación de la Comisión de Progreso, que luego se ha denominado Comisión de Fomento, en aquellas localidades donde el número de habitantes no facultaba para el nombramiento de autoridades municipales.

                Insistió en la libertad de cultos y en la estabilidad de los jueces como medio indispensable para una correcta administración de la Justicia.

                Luego de prestar juramento en la Legislatura, se dirige a la Casa de Gobierno, que funcionaba en el edificio donde estuvo por años el Consejo General de Educación y la escuela Sarmiento, 1° Junta esquina 1° de Mayo, donde lo recibió el interventor federal de la provincia desde 1911, el Dr. Anacleto Gil.       

                Al comenzar su gobierno acelera la construcción de la nueva Casa de Gobierno y el 25 de setiembre de 1915 instala su despacho en el nuevo edificio. Por estas circunstancias se lo denomina "el primer habitante de la Casa Gris". El estricto manejo de las finanzas provinciales les permitió la construcción de numerosos edificios públicos como la Legislatura, el Banco Provincial, escuelas y oficinas. Le preocupó la educación. Creo la Escuela de Mecánica Agrícola en Rafaela, para contribuir al mejoramiento y modernización del agro. Favoreció la formación de cooperativas y la construcción de caminos para unir las distintas localidades de la provincia.

                El 25 de junio estalló la huelga de chacareros, conocida como “El Grito de Alcorta” por haberse originado en aquella localidad del sur santafesino. La expansión de la superficie agrícola había llegado a su extremo, los campos se valorizaron y el modelo de “arrendamiento” mostró sus debilidades. Los productores rurales reclamaron principalmente que se cambie la forma de los contratos de arrendamientos, abusivamente perjudiciales para ellos. Allí, el nuevo Ejecutivo provincial mostró sus características interventoras rompiendo con una trayectoria liberal de los viejos partidos conservadores que sostenían que los conflictos pertenecían a la órbita comercial y debían resolverse entre las partes. En ese sentido y contrariamente a la línea del gobierno nacional, Menchaca, Caballero y el intendente de Rosario, Daniel Infante (en esa época el titular de la Municipalidad rosarina era designado por el gobierno provincial), tuvieron una importante gestión en el conflicto rural, en varias oportunidades a favor de los agricultores. Menchaca se diferenció de la actitud favorable a los grandes propietarios que sostuvo el gobierno nacional, interviniendo para promover un acuerdo entre ambas partes.

                En 1914 comenzó la Primera Guerra Mundial, viéndose afectada la economía de la provincia debido a la prohibición de exportaciones. Menchaca organizó cocinas populares para atenuar los efectos negativos de la desocupación.

                Como parte de la Reforma Universitaria gestionó positivamente la nacionalización de la Universidad del Litoral siendo un artífice de gran importancia para lo consecuente formación de la mencionada Universidad bajo los preceptos que promulgaban los reformistas del 18’.

                En 1921 fue presidente de la Convención Constituyente que reformó la constitución provincial, Menchaca y Caballero fueron también protagonistas de ese otro proceso de reformismo político que fue la sanción de la Constitución de 1921, uno de los debates más ricos e interesantes que se diera en esta provincia acerca de los cambios posibles y deseables en materia política, social y religiosa.

                En 1934 y hasta el 4 de febrero de 1936, es elegido como Intendente de la ciudad desarrollando una gran tarea en su gestión administrando prolijamente las finanzas públicas y generando un fuerte crecimiento fundamentalmente en materia edilicia y creando mano de obra produciendo un importante crecimiento en la ciudad.

                Después de finalizado su mandato de Intendente, se retira a vivir a una casaquinta junto al río Salado. A los pocos años se radica en Buenos Aires, donde fallece, el 26 de agosto de 1969, a los 94 años.





Pablo Eduardo Vázquez

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