Valentín Vergara nació en Diamante, Provincia de
Entre Ríos en el año 1879, pertenecía a una familia de escasos recursos
económicos, en un hogar humilde y con grandes dificultades, como toda familia
que por aquellos tiempos sufría importantes carencias de índole económico, pero
ésta, era una familia de grandes conceptos morales y de gran esfuerzo y
sacrificio, que daría sus frutos al poder brindar a su hijo una digna
educación, produciendo el gran y tan ansiado ascenso social.
Desarrolló su niñez en la provincia de Entre Ríos,
realizando sus primeros estudios en la ciudad de Concepción del Uruguay, donde
los culminó con el título de bachiller en el Colegio del Uruguay que fundara,
años antes, el General Justo José de Urquiza. Con el título secundario, se
trasladó a Buenos Aires, donde ingresó a la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Universidad de Buenos Aires, allí estudió y obtuvo el título de
abogado, primero, y el de Doctor en Jurisprudencia, en el año 1904. Su tesis
doctoral se basó en el tema de la posesión hereditaria, y por ella, fue
distinguido con el diploma de honor
Desde su juventud fue militante de la Unión Cívica
Radical, y ya desde esa primera época, comenzó a adquirir notoriedad y relieve
por su personalidad política, su inteligencia, su gran capacidad de oratoria y
fundamentalmente por los altos valores éticos y morales que se condescendían
con los principios que sostenía la Unión Cívica Radical desde su nacimiento. Participó en la revolución de 1905 contra el gobierno
de Manuel Quintana, del cual, participando en los enfrentamientos, salvó su
vida de manera providencial. Su firme convicción radical, su innegable formación
jurídica que hacía de la Constitución Nacional una regla de vida y de su
defensa una bandera de lucha, hicieron que Vergara, a los 26 años, tomara parte
de esta gesta revolucionaria que la Unión Cívica Radical, comandada por
Hipólito Yrigoyen llevó adelante en 1905.
Terminados sus estudios universitarios, se radicó en
la Ciudad bonaerense de Bahía Blanca junto a su hermano José María, también
abogado, ambos habían sido contratados por Ferrocarriles del Sud y Valentín, no
tardó en convertirse en una de las populares figuras del radicalismo de la
zona.
Contrajo matrimonio con Aurora González, con quien compartiría el resto de su vida, una mujer
que lo acompañó y apuntaló en todo momento con respecto a su actividad política
y pública.
Fue en Bahía Blanca donde se rodeó de un gran
prestigio profesional y afecto popular, siempre arraigado dentro de la U.C.R.
al Yrigoyenismo, comenzó su accionar público primero, desde un escaño del
Consejo Deliberante, luego ocupando el cargo de Intendente Municipal. Sus obras más importantes como Intendente de Bahía
Blanca cuentan de: El Teatro Municipal,
pavimentación de los caminos al cementerio, al puerto Ingeniero White y al
matadero municipal, convirtió el “cementerio viejo” en la actual plaza
Pellegrini.
Terminada su gestión al frente del gobierno
municipal, Vergara se dedicó de lleno a transitar la vida partidaria, llegando
a ocupar por primera vez una banca en la Cámara de Diputados de la Nación, para
la que fue elegido en los comicios del 3 de marzo de 1918, hasta 1922. Fue elegido con motivo del triunfo radical en las
elecciones legislativas de 1918, con el 59% de los sufragios, contra el 35% del
partido conservador.
Su tarea legislativa tuvo como uno de sus objetivos
centrales, luchar contra el centralismo ejercido por la ciudad de Buenos Aires
en el país. Además,
en 1919, presentó el proyecto de ley de Obras de saneamiento para la ciudad de
Bahía Blanca; en el período legislativo de 1920, fue autor del proyecto de ley
de construcción de un edificio para la Escuela Normalista de Bahía Blanca;
otro, en igual sentido, para la construcción de un edificio destinado a la
Escuela Normal Mixta de Olavarría; y otro, para la construcción de un edificio
destinado a la Escuela Normal de Las Flores. En ese mismo año suscribió los
proyectos sobre construcción de un pabellón de infecciosos en el Hospital San
José de Bahía Blanca y otro de construcción de los cuarteles de Azul. Durante
el año 1921 presentó el proyecto de ley para construir un ferrocarril desde San
Luis hasta Bahía Blanca, que tenía por objeto generar un polo de salida para
las mercaderías de la zona de Cuyo. En 1922, sus proyectos de ley presentados
fueron sobre la reforma a la Ley de Pensiones y Jubilaciones de empleados de
empresas particulares y de servicios públicos; y, otro sobre la creación de la
Cooperativa Nacional de Hacendados.
Este
trabajo parlamentario se vio acompañado de importantes participaciones en el
recinto donde Vergara defendió, siempre, los principios de la Unión Cívica
Radical. De una oratoria ejemplar fue siempre la vos del radicalismo en el
congreso, una de sus intervenciones con respecto al centralismo dice:
“soy
un convencido de que solamente con el engrandecimiento moral y material de las
ciudades con vida propia y situadas a gran distancia de la Capital Federal, se
conseguirá en el futuro realizar la aspiración nacional de descentralizar esta
gran urbe que absorbe toda la República por la falta de aliciente, estímulo y
atractivos de que se resienten la mayoría de los centros y ciudades del
interior”.
Presentó infinidad de proyectos de ley, donde también
se pueden destacar: adquisición de semillas para los colonos de la provincia,
construcción de seis edificios en Bahía Blanca, destinados a la escuela normal
mixta, el colegio nacional, la escuela nacional de comercio, correos, telégrafos
y palacio de tribunales.
En 1922, encabezó la Lista de Candidatos a Diputados
Nacionales en
las elecciones llevadas a cabo el 2 de abril de ese año, y en las que la lista
de la Unión Cívica Radical, encabezada por el doctor Vergara, obtuvo 114.504
votos (60,6%) contra 61.795 (32,7%) del Partido Conservador, obteniendo así la
reelección. En este segundo mandato,
fue nombrado presidente de la comisión de asuntos constitucionales, presidente
del bloque de diputados radicales y vicepresidente de la Cámara. De ese segundo
mandato legislativo es importante rescatar sus proyectos de ley sobre
Jubilaciones y Pensiones para el personal de empresas periodísticas y
sociedades anónimas; el de modificación de la ley sobre el ejercicio de la
procuración; el de intervención federal a las provincias de Mendoza y San Juan;
y el de construcción de un edificio para la Facultad de Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales.
En 1924, al producirse la división de la UCR en dos
partidos, yrigoyenista y anti-personalista, Vergara formó parte del primero de
los bloques, como siempre, desde sus inicios en política.
El
31 de octubre de 1925 la Convención Provincial de la Unión Cívica Radical
aprobó la Fórmula Vergara-Ortúzar para las elecciones a Gobernador que
se iban a desarrollar en 1926. En la mencionada elección, el binomio radical se
impuso con 109.110 votos, por sobre el binomio socialista integrado por Repetto-Lemos quienes obtuvieron 25.239
sufragios, mientras que el Partido Conservador no presentó candidatos,
anunciando la abstención.
Fueron
palabras de Vergara en aquella ocasión: “Pertenezco a un partido que se ha
debatido en toda la República por el imperio del sufragio libre, los
escrutinios puros, y la honradez dentro de la administración, y sería indigno
de él y de su confianza, si dominado por un torpe sensualismo hiciera sentir la
influencia oficial para contrariar la voluntad popular.”
Valentín Vergara asumió la gobernación de la
provincia de Buenos Aires el 1º de mayo de 1926, su compañero de fórmula como
vicegobernador fue Victoriano de Ortúzar, fueron
sus ministros: Ministro de Gobierno, doctor Obdulio Siri. Hacienda, señor
Francisco Ratto. O. Públicas, ingeniero Ernesto C. Boatti.
Al
asumir, anunció que proseguiría el vasto plan de obras de su antecesor, José
Luis Cantilo, que fomentaría el esfuerzo de los hombres que enriquecían la
provincia con su labor agrícola y ganadera; que daría impulso a las industrias
y propendería a la radicación de otras nuevas; que entregaría a la colonización
y al trabajo ricas extensiones de tierra pública; que sería una de sus grandes
preocupaciones la regularización de las finanzas provinciales, como asimismo el
mejoramiento del régimen municipal vigente mediante la revisión constitucional.
Prometiendo un gobierno digno de las predilecciones de que lo hacía objeto el
electorado.
Todo el gobierno de Vergara tuvo como telón de fondo
el problema de la división del radicalismo, la amenaza permanente de la
intervención federal y una complicada situación financiera para el distrito que
arrojaba un déficit para el período de 17 millones de pesos y obligaciones a
mediano plazo que superaban los 60 millones. Vergara trató de resolver los
problemas fiscales aplicando una reducción de los gastos. Sabía que no podía
hacer reducciones drásticas que estabilizaran el presupuesto. La decisión que
tomó fue, la de pedir un préstamo para cubrir el déficit de ese año e impulsar
el revalúo fiscal, aprobado en el último tramo de la gestión de Cantilo, para
que se pudiera comenzar a cobrar en el ejercicio siguiente, de modo de sincerar
el sistema tributario provincial y de ese modo generar un flujo mayor de
recursos genuinos.
Así como la intervención federal fue un tema que
sobrevoló todo su mandato, también lo fue la cuestión de los juegos de azar.
Para ambos casos, se puede afirmar que fueron cuestiones utilizadas por los
"antipersonalistas" en pos de debilitar la candidatura del doctor
Yrigoyen. En el conflicto de los juegos de azar, ideológicamente acompañados
por los socialistas.
Al margen de estas cuestiones, Vergara logró
equilibrar las finanzas de la Provincia de Buenos Aires y además generó grandes
obras de infraestructura que posibilitaron el crecimiento de la zona como
podemos destacar: los Caminos que unían las
ciudades de Morón con Luján, y Avellaneda con Quilmes, pavimentación en Mar del Plata, Ayacucho, San
Isidro, Pehuajó y Zárate. Obras sanitarias en
Chivilcoy, Arrecifes, Mercedes, Saladillo, La Plata y Avellaneda. Ampliación de la red del ferrocarril estatal de la
provincia. Hospitales regionales en
Bahía Blanca, Lobos, Pergamino, Junín y Zárate. Muelle
de atraque en San Fernando, de 560 metros de largo. El estado provincial regía
2.000 escuelas primarias y 101 hospitales. No descuidó la adopción de medidas
de profilaxis en aquellos lugares donde pudieran producirse epidemias debido a
aglomeraciones accidentales, auspiciando también las distintas campañas
realizadas por entidades científicas para contrarrestar los avances de
enfermedades como la tuberculosis, avariosis, etc. La educación popular mereció
preferente atención del gobierno que nos ocupa. El número de escuelas aumentó
proporcionalmente al crecimiento de la inscripción en toda la provincia.
Produjo
un trabajo ejemplar al frente de la Provincia de Buenos Aires, sin haber
perdido ninguna elección a lo largo de su mandato y garantizando la continuidad
de la Unión Cívica Radical en el gobierno de la provincia, el 30 de abril de
1930, el Dr. Valentín Vergara dejaba la primera magistratura de la Provincia de
Buenos Aires en manos de su sucesor, Nereo Crovetto.
Sus
palabras al finalizar su mandato fueron: “En
el ejercicio del gobierno me he ajustado a los tres principios básicos que
expresé al asumir: en lo político he tenido en cuenta la Constitución, a cuya
sombra viven generosas todas las garantías y todas las libertades ciudadanas;
en lo administrativo, he seguido el orden social; y en lo social la solidaridad
y la igualdad”. Para finalizar diciendo que “El estado de Buenos Aires tiene constituida tal unidad y tal poderío
económico y político que no habrá fuerza ni partido que pueda ya retrotraerlo al
pasado”.
Decidió poner un paréntesis a su actividad política.
Para tal fin, había comenzado a reacondicionar su residencia en Bahía Blanca
para retomar su trabajo de abogado. Desde
La Plata viajó a Paraguay para descansar, y luego fue a su ciudad natal,
Diamante, donde después de una cacería, contrajo una neumonía de la que no pudo
recuperarse. Falleció el 22 setiembre
1930. Fue sepultado en el cementerio de Chacarita, en Capital.
Pablo
Eduardo Vázquez
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