lunes, 4 de julio de 2016

EL PADRE ELEODORO FIERRO

LUCHA Y CONDUCTA POR LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA SOCIAL
 

Su nombre completo, Eleodoro de San Pedro Nolasco Fierro nació el 4 de julio de 1840 en Córdoba, sus padres fueron Don Manuel Fierro y Doña Rosa Montenegro, quienes tuvieron siete hijos. Eran poderosos hacendados del norte de la provincia que poseían grandes extensiones de campo en San Francisco del Chañar. Su padre fallece cuando Eleodoro era apenas un niño, a partir del fallecimiento de su padre, la familia deja la estancia del norte y se radica en la capital cordobesa. Debido a la falta de la figura paterna, su tío sacerdote comienza a influir en Eleodoro, quien años más tarde ingresa en la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, lugar reservado para los hijos de las familias ricas que desearan seguir con los estudios sacerdotales.
En 1866 Fierro es nombrado cura de la iglesia de San Francisco del Chañar, volviendo de esta forma al paraje que lo vio nacer y donde había vivido gran parte de su infancia. Conocía de esta forma la cruda realidad de la zona donde se propagaba la miseria, la pobreza, la falta de educación y postergación de sus habitantes.

En el medio de esta difícil realidad de la zona se suma que la provincia es azotada por una terrible epidemia de cólera que en dos meses había matado a más de siete mil personas. Allí es donde el padre Fierro se inicia con la labor que iba desde atender enfermos, darles los últimos auxilios espirituales a los moribundos, cavar fosas y sepultar cadáveres, mientras que desde el púlpito instaba a los feligreses a ayudar a los hermanos enfermos. Toda esta situación sumada a su preocupación y compromiso constante por defender los derechos de los pobladores más postergados lo llevaría a ser un hombre muy querido y admirado entre la paisanada, lo sentían como uno más de ellos ya que era común encontrar al sacerdote mezclándose entre los pobladores compartiendo sus quehaceres y entretenimientos.

En 1871 iniciará su carrera política, ya que los vecinos de San Francisco del Chañar lo eligen presidente de la corporación municipal, un cargo semejante al de intendente, allí, iniciará una obra de fuerte carácter social que brindará profundos cambios para mejorar la calidad de vida de los habitantes. Para esa noble tarea cuenta con el apoyo absoluto del pueblo, pero no así del caudillo político del departamento que ve en la figura de Fierro a un revolucionario que puede opacar su poder. Inmediatamente el jefe político inicia una campaña en su contra argumentando que el cura dedicaba más tiempo a hacer politiquería que a atender las demandas espirituales de la población. Poco después la cúpula de la iglesia le pide la renuncia inmediata al cargo político que ocupa, cosa que cumple en contra de su voluntad aunque permanece al frente de la parroquia durante seis años más.

Más tarde, en 1873 prosiguió con sus confrontaciones tanto con el poder político como con el eclesiástico a raíz de su apoyó a las incursiones armadas de los opositores de Taboada e Ibarra, quienes gobernaban despóticamente la provincia de Santiago del Estero. Un año después, en 1874 es elegido elector para gobernador y vice de la provincia por el departamento Sobremonte.

En los inicios de su carrera política, pertenecía al Partido Autonomista, quienes representaban el sentido federal y opositor al Partido Liberal Nacionalista. También, sus virtudes políticas las llevó adelante desarrollándose como periodista donde publicaba sus posiciones políticas en varias publicaciones entre ellas el diario El Sol de Mayo, el semanario La Carcajada y otros diarios donde resaltaba su posición de oposición al régimen conservador. También a través de sus divulgaciones, se vio envuelto en una dura disputa dialéctica con la iglesia a la que él pertenecía. A través de las páginas de distintas publicaciones el cura opinaba sobre las relaciones entre Estado y el clero. La iglesia le inicia un proceso que desemboca en la suspensión de Fierro como Sacerdote, más tarde la iglesia se ve obligada a levantar la suspensión y es nombrado canónigo de la iglesia catedral de Córdoba producto de las presión ejercida y de la gran defensa de su accionar que se produce por parte del pueblo.

Su perfil lo muestra con una personalidad arrolladora, incansable luchador de la causa de los más desvalidos y defensor de la libertad y la igualdad. Fue sacerdote, periodista y orador, a sus dotes intelectuales los amalgamaba con su infatigable persistencia en los principios que defendía. Político apasionado, fue un personaje polémico que con su actitud en defensa de la verdad, la moral y la ética, se ganó muchos enemigos tanto en la política como en los ámbitos eclesiásticos. Fierro estaba convencido que había que cambiar la manera de gobernar y si para ello debía usarse la fuerza, estaba dispuesto a ejercerla.

Se desenvolvió en el ámbito académico, primero como Profesor de castellano en el Colegio Nacional de Monserrat, por designación en 1881 del entonces Rector doctor Filemón Posse, y luego como profesor de Teología Dogmática y Teología Moral en la Facultad de Ciencias Sagradas de la Universidad Nacional de Córdoba, por designación del Rector don Alejo Carmen Guzmán.

Fierro se había convertido en el principal opositor de los Juárez que, según su interpretación, coartaba los derechos y libertades públicas. El descontento popular crecía y la autoridad del gobernador Gavier se sostenía sólo por la represión que ejercía la policía a las órdenes de Marcos Juárez, éste había creado un grupo parapolicial llamado "La Cadena" formado por marginales que golpeaban a opositores, quemaban imprentas e impedían todo tipo de reuniones políticas contrarias al gobierno. En las elecciones, el P.A.N postuló la fórmula Marcos Juárez - Eleazar Garzón, que triunfa en comicios fraudulentos. La grave crisis económica que vivía la Nación, los negociados y la impunidad del gobierno de los Juárez estaban en su máxima expresión.

En 1889 se constituye en Buenos Aires la Unión Cívica integrada por hombres que provenían de distintas corrientes políticas, Eleodoro Fierro que era un ferviente admirador de Leandro Alem y con quien mantenía un trato frecuente, no se mantendría al margen del nacimiento de esta corriente de la que lo vio participe desde su nacimiento. El 26 de junio de 1890 se produce la Revolución del Parque que provoca la caída de Juárez Celman, pero el régimen sigue intacto a través de Carlos Pellegrini. En Córdoba los sucesos desembocaron el 15 de mayo en la formación de la Unión Cívica, presidida por Juan Garro y el fundador de Almafuerte, Pedro C. Molina como vicepresidente, en todos estos eventos el cura Eleodoro Fierro participará desde un primer momento con activa participación en el movimiento revolucionario del 21 de mayo de 1891 que estalló en Córdoba para derrocar al gobernador Eleazar Garzón. Este alzamiento armado fue dirigido en su gran mayoría por dirigentes políticos, como Juan M. Garro candidato luego a la Vicepresidencia de la Nación por la Unión Cívica Radical, Pedro C. Molina, Abraham Molina, Manuel Vidal Peña, y el presbítero Eleodoro Fierro entre otros, todos ellos, dirigidos por el ex comandante Bello a quien lo secundaban los capitanes Espinosa, Estrada, Balcarce y el subteniente Tornquist. Tras la derrota, comienzan los arrestos y las persecuciones a los opositores. Además, por primera vez los “cívicos”, bajo el santo y seña “Córdoba por Alem”, utilizaron escarapelas y banderines con la divisa blanca y punzó.

Eleodoro Fierro, integró el grupo de fundadores del Partido desde un principio. Participó en la dirección de la revolución radical de Córdoba de setiembre de 1891. Específicamente en Córdoba, resolvieron así constituir una liga política que se denominaría Unión Cívica Radical, El objetivo era concentrar a todos los sectores políticos y sociales que adscribieran a los principios fundacionales proclamados por la Unión Cívica de la Capital Federal, entre ellos los de ofrendar su vida en pos de la lucha por la igualdad y la libertad. Una vez tranquilizados los ánimos y liberados los detenidos, el cura Fierro preside la asamblea del 5 de agosto de 1891, se creaba en esta ciudad la primera liga secreta de carácter político, por inspiración del presbítero Eleodoro Fierro, quien abrazó, desde sus comienzos, la causa popular de Leandro Alem y de los Cívicos que pretendían desterrar el poder fraudulento del contubernio conservador en la Argentina.

En esa época luchaban contra la corrupción del régimen imperante, durante el gobierno de Eleazar Garzón, reemplazante de Marcos Juárez, en esta provincia. La lucha, en el orden nacional, era contra el presidente Carlos Pellegrini, quien había reemplazado al renunciante Miguel Juárez Celman, con motivo de la revolución de 1890. Este sacerdote, en la época en que la Santa Sede aún permitía la participación ostensible del clero en confrontaciones partidarias, fue, por sobre todas las cosas, un luchador incansable contra las injusticias sociales y políticas de aquel entonces.

Roca que seguía manejando la política nacional, le ofrece a Bartolomé Mitre, quien era uno de los miembros más conspicuos de la novel Unión Cívica, la candidatura a presidente de la Nación, con el fin de disgregar y detener el crecimiento de esta nueva formación política que clamaba por vientos de cambio en la Nación. En Córdoba, el 2 de julio de 1891, la Unión Cívica rechaza el “acuerdo” entre Mitre y Roca, que significaba consolidar el poder fraudulento, aprobando, la posición intransigente del Comité Nacional. Alem, Fierro y Molina repudian el acuerdo Roca-Mitre y producida la división nace así la Unión Cívica Radical.

Luego de la revolución, la Unión Cívica se recompone, cierra sus filas y se estructura orgánicamente. Promueve una organización interna partidaria que será innovadora para la política argentina tomando el esquema sobre la base de la organización de los partidos políticos de los Estados Unidos de Norteamérica, de esta forma se abren comités en todos los distritos y provincias. Fue Hipólito Yrigoyen quien propuso la idea de una Convención para elegir la fórmula presidencial en Rosario, sobre la base de delegados popularmente elegidos de la Capital y de las provincias en número igual al de su representación en el Congreso Nacional, sosteniendo y promoviendo de esta manera, el sentido republicano y federal que se pretendía desde la Unión Cívica Radical para la Nación. Por otra parte, en Córdoba, Por primera vez en el país se usaba la expresión “Unión Cívica Radical” en un documento oficial constitutivo. El 14 de agosto, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, la primera Convención de Delegados Radicales mantuvo la denominación original de Unión Cívica, para la constitución del comité de la provincia de Buenos Aires y es recién al año siguiente, el 17 de noviembre de 1892 con la sanción de su Carta Orgánica, que la Convención Nacional establece oficialmente el nombre de Unión Cívica Radical.

En esta fotografía puede verse a Eleodoro Fierro
 de pié a la izquierda, fue tomada en Córdoba
Luego de los acontecimientos revolucionarios, el partido prácticamente permanece inactivo hasta 1904, cuando se reúne el comité nacional de la UCR que presidía Pedro C. Molina; Córdoba es representada por el propio Molina y Eleodoro Fierro. Luego de esta reunión comienza a planearse la revolución de 1905, que estalla el 4 de febrero y fracasa, debiendo exiliarse sus cabecillas en Uruguay y Chile. Luego de este suceso Molina inicia la reorganización del partido creando comités departamentales, entre ellos el de El Salto, hoy Almafuerte, el 19 de abril de 1908, presidido por Abel Ortiz Molina.

En lo que atañe al fundador, Eleodoro Fierro, es llamado nuevamente para presidir la Junta de Gobierno de la Unión Cívica Radical en esta provincia en 1907, de dicha Junta formaron parte también, Elpidio González, Abraham Molina, Wenceslao Carranza y Diógenes Hernández. También se destaca la participación de Ignacio Amenábar Peralta, de Manuel Ordóñez, entre otros. Durante dos años, Fierro se dedicó intensamente a la organización del radicalismo en la provincia de Córdoba. Nunca dejó de lado la convicción de que la abstención revolucionaria y la lucha armada eran los únicos caminos posibles para llegar en Argentina al pleno ejercicio de la justicia social y de las libertades públicas, en especial, la libertad del sufragio tantas veces profanada por el régimen imperante.

En junio de 1909, tras ser reelegido al frente del comité central, Molina renuncia contrariado por la manera en que los dirigentes porteños deciden el futuro del partido; se retira de la vida política dedicándose a la administración de sus campos y a planear la fundación de Almafuerte, quedando una vez más al frente del partido su viejo aliado, el cura Fierro.

Fierro, fue miembro de la Convención Nacional y en 1906 era presidente del Comité Provincial, año en que dispuso y realizó una amplia campaña de reorganización. En abril de 1910, emprende un viaje a Europa acompañando a su sobrina Rosa, que había ganado una beca para perfeccionarse en piano con los mejores maestros de Italia. Su salud estaba resentida, el 8 de agosto de 1911, Eleodoro Fierro muere a los 71 años de edad. Sus restos descansan actualmente en el osario del cementerio de Turín.



Pablo Eduardo Vázquez