domingo, 12 de junio de 2016

Juan Carlos Belgrano Martínez: El Primer Gobernante Radical

                Juan Carlos Belgrano Martínez, nació en la ciudad de Pelotas, Río Grande Do Sul, Brasil el 11 de julio de 1848, su padre era  Juan Francisco Estanislao Belgrano Cabral nacido el  8 de febrero de 1811, su madre fue Carolina Martínez Nieto Albin quien había nacido en 1823 en Montevideo y falleció en Buenos Aires el 21 de enero de 1893. Se casó el 16 de diciembre de 1876 en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, en Buenos Aires con Flora Gregoria Vega Belgrano, nacida el 9 de mayo de 1854 en Buenos Aires quien luego falleciera el 2 de mayo de 1891, también en Buenos Aires, tuvieron cuatro hijos: Manuel Belgrano Vega Belgrano, n. 19 Oct 1878, Buenos Aires, f. 11 Ago 1915, Buenos Aires; Adolfo Belgrano Vega Belgrano, n. 18 May 1881, f. 19 May 1881; Néstor Belgrano Vega Belgrano, n. 1 Sep 1882, París, Francia, f. 31 Ene 1952, Buenos Aires; y Mario Belgrano Vega Belgrano, n. 7 Abr 1884, París, Francia, f. 26 Oct 1947, Buenos Aires.
                Luego del fallecimiento de su esposa, años más tarde volvería a contraer matrimonio, esta vez con María Ana Alicia Beaudette, con quien se casó en 1909 en Londres, Inglaterra, y con quien tuvo una hija, Juana Carolina Belgrano Baudette.
                Era nieto del teniente coronel José Gregorio Belgrano, hermano del general Manuel Belgrano, lo que lo convertía en sobrino nieto del gran patriota. Sus padres habían huido al Brasil durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas y regresaron a Buenos Aires tras la batalla de Caseros.
                Juan Carlos, Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde se destacó como poeta, publicando sus obras el diario de su amigo Juan Chassaing. También tradujo obras del inglés y del francés para su publicación en los periódicos de la época. Siguió cursando sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, donde se doctoró en jurisprudencia en 1872, con una tesis sobre “el gobierno representativo y la soberanía del pueblo”. Fue nombrado juez en lo civil en los tribunales de Mercedes, que tenían jurisdicción sobre todo el centro y el oeste de la provincia de Buenos Aires, y en 1875 fue nombrado juez del fuero civil en la Capital.
                Tras un breve viaje a Europa fue elegido diputado provincial, en 1878, asumiendo poco después la presidencia de esa cámara. Pertenecía al Partido Nacional, dirigido por Bartolomé Mitre.
                Con el Nacimiento de la Unión Cívica, Juan Carlos, se enroló en las filas de este nuevo partido como lo hicieron todos los mitristas. En 1890, la Unión Cívica, que era claramente dirigida por Leandro Alem y Bartolomé Mitre, organizó una insurrección armada, la "Revolución del 90", que sería recordada como la revolución del Parque, que terminó derrotada pero llevó a la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman y su reemplazo por el vice Carlos Pellegrini. En este acontecimiento tan importante que sería el puntapié inicial de un movimiento que iría creciendo día a día hasta contribuir a cambios esenciales para nuestro país, Juan Carlos Belgrano tuvo una comprometida y destacada participación más allá de la derrota revolucionaria.
                La Unión Cívica se preparó para la elecciones presidenciales de 1891, proclamando candidato a Mitre. Inmediatamente Julio A. Roca, buscó dividir a la oposición ofreciéndole a Mitre encabezar una fórmula de unidad nacional. Leandro Alem, convencido que el acuerdo entre Roca y Mitre era una clara traición a los postulados ideológicos y a la lucha que había dado nacimiento a la Unión Cívica, no acepto el mencionado acuerdo declarando su firme intransigencia y enfatizó sus ideales de seguir luchando por terminar con la oligarquía gobernante y democratizar la política y las instituciones, de esta forma fundó la Unión Cívica Radical, que proclamó a Bernardo de Irigoyen como candidato a presidente.
                Cabe destacar que en tales eventos, Juan Carlos Belgrano, que hasta allí había llevado su carrera política siguiendo a Mitre, se manifiesta en favor de Alem y aquellos que pensaban que se debía finalizar con esta etapa de contubernio, fraude y manejos espurios de los destinos del país para iniciar un nuevo camino donde la política se reconciliara con la ética y la moral, es allí que Belgrano  sigue los lineamientos de Alem siendo uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical. Una vez formados los comités,  fue nombrado vicepresidente del Comité de la Provincia de Buenos Aires.
                Ante la evidencia del apoyo popular que tenía la UCR, una semana antes de las elecciones, el 2 de abril de 1892, el presidente Carlos Pellegrini denunció falsamente un complot radical para tomar el poder y asesinar a los líderes oficialistas. Se decretó el estado de sitio y se detuvo a los jefes radicales, entre ellos Alem. En esas condiciones represivas y sin la participación de la UCR, las elecciones las ganó el candidato oficialista Luis Sáenz Peña. Estos acontecimientos bochornosos e inescrupulosos dejarían en claro que el gobierno nacional impediría por todos los medios su acceso al poder mediante elecciones, la UCR comenzó a preparar un nuevo levantamiento armado. La Revolución se desarrolló en dos partes, la primera, estallaría en la Provincia de Buenos aires, liderada por Hipólito Yrigoyen y Aristóbulo del Valle, mientras que la segunda etapa comenzaba en Santa Fe y allí vería acción Leandro Alem entre otros dirigentes de peso a nivel Nacional.
                El 28 de julio comenzó la revolución en San Luis dirigida por Teófilo Saa. Los revolucionarios tomaron rápidamente todas las reparticiones oficiales y obligaron al gobernador a renunciar instalándose Teófilo Saa como gobernador provisorio.
                El 30 de julio estalló la revolución en Santa Fe. Luego de varios días de luchas sangrientas, finalmente derrotan al gobierno provincial y el 4 de agosto de 1893 asume el gobierno el radical Mariano Candioti. Entre los líderes revolucionarios se encontraba Lisandro de la Torre, Leandro Alem llega a Rosario donde es aclamado por las multitudes, pidiendo para la gran figura Radical la Presidencia de la Nación. Por su parte, la revolución en la provincia de Buenos Aires, dirigida por Hipólito Yrigoyen, estalló el 30 de julio, fue la mejor organizada y la más poderosa, explotó en 82 ciudades al mismo tiempo. El ejército radical llegó a contar con 8.000 hombres bien armados, bajo el mando de Marcelo T. de Alvear. Juan Carlos Belgrano, tuvo una participación importante en la organización de la revolución de 1893, acompañando a Hipólito Yrigoyen a partir del estallido de la misma. Se instaló el cuartel central en Temperley, donde el Comité de la Provincia se reunió en asamblea permanente el 7 de agosto. Yrigoyen envió el grueso de las tropas a La Plata, ciudad que fue ocupada el día 8; el Comité eligió, por mayoría de los presentes, a Juan Carlos Belgrano para que fuera el gobernador revolucionario de la provincia.
                Juró el cargo en la mañana del 9 de agosto; si bien efímero, fue el primer gobernante que tuvo la Unión Cívica Radical. Designó a Abel Pardo Ministro de Gobierno, José de Apellaniz en Hacienda y a Marcelo T. de Alvear en Obras Públicas. En su discurso de asunción afirmó:
                “Mi programa es breve: hacer que la constitución y leyes sean realidades palpables y tangibles. Vengo afiliado a un partido político; declaro que con él gobernaré, y lo declaro así porque son para mi radicales todos aquellos que anhelan comicios libres, pureza en el manejo de los tesoros públicos y entienden que los empleos no son moneda para pagar complacencias o complicidades. El nombre que llevo es tradición en la tierra argentina. Ofrézcale como prenda de la sinceridad de mis palabras en esta hora solemne de nuestra vida”.
                Las únicas medidas administrativas que alcanzó a tomar estuvieron orientadas a reorganizar el Banco de la Provincia de Buenos Aires y el Banco Hipotecario de Buenos Aires.
                Hipólito Yrigoyen liberó a Carlos Pellegrini, uno de los líderes clave del autonomismo oficialista, que había sido apresado en Haedo por los revolucionarios. Una vez liberado, Pellegrini se dirigió a la capital y reorganizó las fuerzas del oficialismo. Ante la pasividad del presidente Luis Sáenz Peña, El 11 de agosto, con Aristóbulo del Valle ausente de la casa de gobierno, Pellegrini y Roca aprovechan astutamente los proyectos de intervención que aquel había mandado al Congreso, para hacer aprobar la intervención de las provincias de Buenos Aires, San Luis y Santa Fe, ahora en poder de gobiernos revolucionarios y envió tropas a aplastar la revolución.
                Cuando el radicalismo se enteró de la intervención, la única alternativa era que Aristóbulo del Valle diera un golpe de estado, desconociera la ley del Congreso y marchara a Buenos Aires con el ejército radical. Alem y el grueso de los dirigentes radicales se lo pidió encarecidamente, pero entonces predominaron los principios legales de Aristóbulo del Valle y presentó su renuncia al gabinete el 12 de agosto, siendo reemplazado por el roquista Manuel Quintana.
                Cuando las fuerzas al mando de Ramón L. Falcón iniciaron su ataque sobre Temperley, éstas se rindieron por falta de apoyo en la capital del país. El 25 de agosto el Comité Provincia de la Unión Cívica Radical decidió entregar las armas. A pesar que la revolución triunfó en varias provincias, entre ellas, San Luis y Mendoza, La revolución había sido vencida. Tras la rendición de su ejército, Belgrano no opuso resistencia y entregó el poder al interventor Eduardo Olivera; fue arrestado, pero recuperó la libertad poco después.
                Vencida la revolución, Leandro Alem, preso en Rosario, le envió una carta a Belgrano: Todas las presiones, iniquidades y violen­cias del oficialismo, serán inútiles. Creo firmemente que el Partido Popular está hecho y seguirá siempre firme y decidido a pesar de otros sacudimientos. No habrá fuerza humana que lo destruya… Es una vida nueva, un espíritu nuevo que surge, un soplo poderoso de las exigencias, un deseo en nuestra existencia político-social que necesariamente y fatalmente tiene que imponerse día más o día menos para la salvación de la Patria”.
Leandro Alem, preso en Rosario dirigida a Juan Carlos Belgrano, 12 de octubre de 1893.
Fuente: Gabriel Del Mazo “El radicalismo: ensayo sobre su historia y doctrina”. Ediciones Suquía, Córdoba, mayo de 1984.
                Juan Carlos Belgrano, más tarde sería elegido diputado en 1894, aunque renunció a asumir su banca. Poco después se trasladó a Europa, residiendo el resto de su vida en París. En 1901 fue nombrado representante por su país a un congreso de representantes reunido en Bruselas.
                Falleció en París el 12 de junio de 1911, sus restos descansan desde el 20 de julio de 1911 en el Cementerio de la recoleta.
Pablo Eduardo Vázquez

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